Cinco
nubecitas negras con paticas….
“ Si
recogéis un perro que anda muerto de hambre y lo salváis de una larga agonía,
nunca os morderá. Esa es la diferencia más notable entre un perro y un hombre.
La frase de Mark Twain refleja claramente el carácter del noble animal. Sin
embargo, nadie ha sufrido más la ingratitud de los humanos que el mísero can
y de este baldón no se libra ninguna cultura: durante la segunda guerra mundial,
cuando los alemanes invadieron las estepas soviéticas, los comandantes de los
ejércitos rusos idearon una siniestro plan para diezmar las filas del invasor:
ordenaron recoger todas los perros de sus aldeas; ni el llanto de los niños ni
la débil resistencia de las familiassirvió para evitar que sus mascotas fueran
arrancadas de su seno y confinados en un verdadero campo de concentración. Allí,
bajo lóbregas circunstancias, fueron privados del alimento durante ocho o más
días y cuando estaban a punto morir de
inanición, los rusos dejaban la salvadora comida debajo de sus tanques de guerra
y permitían que los famélicos canes la encontraran. El proceso se repetía durante
meses y cuando los nobles animales ya
habían asociado tanques y alimento, aplicando la teoría de los reflejos
condicionados de Pavlov, los maquiavélicos rusos los dejaban por largo tiempo
en completa vigilia y procedían a amarrar en sus cuerpos letales bombas; luego los liberaban.“Los mejores
amigos del hombre” salían desesperados
en pos de la salvadora pitanza en dirección, gracias al adoctrinamiento, de los
tanques alemanes y mientras buscaban con desespero el alimento bajo la blindada
y artillada máquina de muerte, accionaban el mecanismo para hacer explotar las
bombas y los perros perecían con los invasores. El fin justifica los medios,
dirán algunos y en la guerra y el amor todo se vale, pero si el hombre es el
único animal que tortura a sus semejantes, nada positivo podemos esperar de su
relación con las otras especies de la naturaleza.
Los filipinos, para convertir el perro en un bouquet, los cuelgan de las extremidades y los golpean cruelmente antes de desollarlos con sevicia; según ellos, la tortura y el miedo, “dulcifica” su carne y la convierte en un apetecido manjar para los “exquisitos” paladares asiáticos.
Estas
disquisiciones afloraron a mi mente, el domingo, cuando en la vereda de Guacas
vi una imagen que me llamó la atención y al indagar un poco más sobre la misma,
conocí una linda historia que nos deja muchas lecciones y nos da una luz de
esperanza: Por el sector deambulaba una perra abandonada, preñada y a punto de
dar a luz; aunque algunos de los moradores intentaron adaptar un sitio para el
alumbramiento, no llegaron a ningún acuerdo y el entusiasmo inicial para
ofrecer un lecho a la camada languideció, quedando la parturienta canina abandonada
a su suerte, A la mañana siguiente, los habitantes vieron con asombro una
imagen sublime: desde el interior de un
horno que nunca cumplió su función salían con paso vacilante, empleando el
lenguaje de un niño, “ cinco nubecitas negras con paticas y un copo de nieve”,
la madre, demostrando que la naturaleza “no respeta pinta”, había elegido el
referido útero de barro para traer a su prole al mundo y el milagro de la vida
se repetía e iluminaba el inútil claustro.
El
cuadro agitó el corazón de los testigos y en especial a los agentes de policía
de la subestación, quienes se convirtieron en padrinos de la camada y asumieron
su manutención. Hoy, los sensibles agentes buscan adoptantes, para los seis
tristes parias; si usted amigo oyente, ama las manifestaciones de la naturaleza
yadmira la vida que se abre paso en medio de la adversidad y puede ofrecerle
una familia a uno de estas “nubecitas negras con paticas” vaya a la vereda y acoja
uno de ellos. Tendrá la garantía que nunca lo morderá,
como dijo Mark Twain.
En nuestra ciudad no
los desollamos para comerlos, ni les ponemos bombas; pero dejamos que se
consuman de hambre, amortajándolos con el peor de los sudarios. La ingratitud.
Es hora que las autoridades y la comunidad asuman una actitud de
condescendencia hacia el perro, que es la materialización de la naturaleza en
su forma más noble.
| Esculturas en barranquismo en la vereda de Guacas representando el Camino Real del Privilegio, por donde pasaron los arrieros llevando a lomo de mula La Civilización Cafetara. |