EL Monumento a los
Fundadores.
Dos grandes maestras han
orientado las obras trascendentales de la humanidad: :la historia y la
naturaleza. Si omitimos sus lecciones, estaremos abocados a precipitarnos en el
banal y frívolo plano de la “resignificación”, signada por la ausencia de
raíces ancestrales y el desconocimiento irreverente del aporte de aquellos
intelectuales de antaño que hicieron del amor a Santa Rosa la razón de su
existencia.
Sin desconocer sus bondades, como veo que en las consideraciones planteadas
para diseñar el proyecto para recuperar el parque de los Fundadores se habían
incluido argumentos que desconocían las lecciones de la historia, entre ellos el de cambiar al "Sócrates" que suplanta al "verdadero Fermín López", quiero
reivindicar el significado emocional de esta obra para la ciudad y sobre todo el
valor que tuvo para las generaciones de antaño.
El monumento, junto a la
construcción de la carretera a Termales, la inauguración del Hospital Infantil,
la terminación de las torres del templo y otras obras, se proyectó para ser
inaugurado en el marco de la celebración de los cien años de la ciudad en 1944.
La Sociedad de Mejoras Públicas, entidad encargada de coordinar su
construcción. convocó a todas las colonias de santarrosanos residentes en el
país y en el exterior para financiar la obra; periódicamente enviaba boletines
ilustrando a sus destinatarios con la maqueta del monumento diseñada por el
maestro Quintero y el entusiasmo con que los santarrosanos ausentes del terruño
se vincularon al proyecto da fe de la satisfacción general por la realización
del mismo y su costo ascendió a cinco
mil pesos. La persona elegida para efectuar el discurso de inauguración
de la obra, considerada como el acto
central de las festividades por su trascendental significado, fue el sacerdote
Camilo Villegas Ángel. Su verbo encendido y su elocuencia, lo acreditaron para
enaltecer el emocionante acto. Su elección como orador en la ceremonia, suscitó
cierta inquietud en un sector de la población, pues el clérigo de una gran
cultura y formado en Europa tenía fama de rebelde, arrogante, irreverente y en
el pueblo se escandalizaba al saber que andaba en las altas esferas del viejo
continente en traje de clergyman, como un dandy y por supuesto, sin sotana. Se
hicieron rogativas para que en el momento de su alocución luciera la
indumentaria tradicional del sacerdote. Una razón adicional para que la gente esperara con
expectativa el acto. Y el gran día llegó, las colonias y todas los habitantes
vieron con emoción como el velo que cubría la obra caía y aparecía el monumento
en todo su esplendor, el busto de Fermín López; como era la tendencia en las
técnicas escultóricas de la época, la imagen tenía ciertos rasgos griegos pues
cuando no se conocía el rostro de quien se iba a inmortalizar en bronce, el
artista le imprimía facciones helénicas o latinas para magnifica su vida y su
gesta histórica. El pedestal del busto tenía en alto relieve y en bronce una
escena de la fundación y a un lado una leona; ambos elementos
iconográficos fueron robados sin que
ningún doliente lo lamentara.
Durante años funcionó una fuente de soda , que llamamos Drive inn. Grandes ventanales de vidrio permitían visualizar el histórico entorno. |
Para alivio y tranquilidad
espiritual de los santarrosanos . el padre Camilo Villegas, hizo su
intervención vistiendo la tradicional sotana y agitó el alma de los presentes
con una trascendental alocución que
avivó y el espíritu cívico de los asistentes y llegó a su clímax cuando en su intervención clamaba
para que “Santa Rosa se quedara así, pequeña como era, para poderla alojar
permanentemente en un lugar de su corazón”; en ese momento, una escuadrilla de
aviones irrumpió en el claro cielo dejando caer “chapolas” con un saludo de la Fuerza Aérea a Santa Rosa
en la celebración de su centenario y
coronas de flores. Algunos lloraron por la emoción. Desde ese momento todos los
alcaldes después del Te Deum, acuden el día de la fundación a rendirle homenaje
a los fundadores.
Lo demás, las historias que surgen en torno a las obras hacen parte del imaginario popular, y establecen un halo de leyenda que las enriquecen y valoran , pero nunca podrán legitimar su cambio, porque los monumentos originales establecen un cordón umbilical con nuestros ancestros : no valen porque sean feas o bonitas, colosales o ínfimas; valen porque encarnan el pasado y hacen parte de ese caudal de recuerdos, gestas, vivencias que sumadas y recordadas en la memoria colectiva aglutinan, unen y constituyen el alma de un pueblo, su esencia, sus raíces, algo que hemos olvidado y que algunos “pragmáticos” lo miran con sorna, dicen que son cosas de poetas, idealistas sin firme arraigo en la realidad; pero el desencuaderna miento del país tiene mucho que ver con la eliminación del la historia local y regional y el olvido de quienes sacrificaron sus intereses personalespor amor a la ciudad.
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