viernes, 26 de septiembre de 2014

1856. Camino Santa Rosa Chinchiná.


La comunicación entre Santa Rosa  palestina y San francisco, hoy Chinchiná se inició a partir de 1856. Aún se construía el camino del Privilegio que uniría a Cartago en la entonces provincia del Cauca con Manizales en Antioquia. Los caminos eran las arterias por donde fluía el progreso y por eso los colonos de antaño variaban permanentemente los trazados viales, uniendo todas las fracciones de la región con la cabecera del distrito y una vez construidas modificándolas, haciendo variantes para acortar distancias y eludir pasos críticos.

Hermosa fonda de Guacas, al lado del Camino del Privilegio, la arquitectura típica está siendo arrasada. Hay que reivindicarla. 

Escena de arriería en el Camino del privilegio en Guacas. Los santarrosanos y turistas deben conocerla.
La estructura legal de entonces facilitaba la constante búsqueda de alternativas para facilitar el avance del progreso por medio del comercio, pues los mismos habitantes laboraban gratuitamente en la construcción de las obras como contraprestación por los predios (uno rural y otro urbano) recibidos por parte del estado durante la colonización.

Grupo de caminantes de la Sociedad de Mejoras públicas de Santa Rosa explorando las huellas del histórico camino a San Francisco.

El niño Juan Alberto Marín, amante de la historia y de la ciudad, posa ante la réplica de uno de los puentes reales de Guacas.

Santa Rosa fue el primer distrito de origen antioqueño fundado en la Provincia del Cauca y como tal recibió en 1844, fecha de su fundación 12000 fanegadas de tierra entre los ríos Otún y Chinchiná y en 1849, teniendo en cuenta su estratégica ubicación como eslabón que integraría al Cauca con Antioquia, recibió otras 12000 fanegadas de tierras ubicadas entre los ríos Campoalegre y Rioclaro.   De estas bastas extensiones se fragmentaron las tierras que formaron las aldeas de Chinchiná y Villamaría, con la promesa nunca cumplida del gobierno nacional de indemnizar a los santarrosanos con un predio igual al que se segregó para fundar a San Francisco (hoy Chinchiná).

El  aporte de los santarrosanos al progreso de la región fue trascendental pues con base en el trabajo colectivo abrieron vías, unieron partidos y fracciones, enlazaron nacientes comunidades con la cabecera del distrito, comunidades que luego adquirieron su propia dinámica adquiriendo por ello autonomía política, económica y administrativa.  

Histórico puente sobre el Campoalegrito en inmediaciones de la báscula en el Camino que comunicaba a Guacas con San Francisco.

Como prueba de lo afirmado, El camino entre Santa Rosa y Nueva Palestina se declaró como camino parroquial de Santa Rosa en 1856 mediante un acuerdo firmado por el presidente del concejo Francisco García y sancionado por el alcalde de entonces, Pedro Gonzáles.

El citado acto administrativo decía.
Acuerdo sobre una nueva vía parroquial de comunicación.

El cabildo parroquial de este distrito en uso de sus facultades legales:
ACUERDA.      
   Artículo primero. Declárase camino  parroquial de este dostrito el que partiendo del punto denominado GUACAS conduce al caserío que se está formando con el nombre de NUEVA PALESTINA .

Artículo dos. El servicio personal subsidiario de los habitantes del referido sitio de Nueva Palestina se invertirá en la apertura de la nueva vía expresada en el anterior artículo.

Artículo tres . El trabajo de apertura del citado camino s ehará bajo la dirección del individuo que nombre el alcalde el cual queda encargado de la ejecución de dicho acuerdo y dará cuenta del resultado a esta corporación en las sesiones del mes de diciembre.
Dado en Santa Rosa de C. el 4 de noviembre de 1856

Las huellas del camino cubiertas por la espesura.


Los árboles delimitan la actual ruta del camino, al fondo la carretera a Chinchiná antes de Tarapacá.


Panorámica del sector comprendido entre Guacas y La Gorgonia .

Como Chinchiná fue oficialmente fundado en 1857 con el nombre de San Francisco de Paula esta ruta integró también a Santa Rosa con San Francisco(hoy Chinchiná) saliendo de Guacas por el Camino del Privilegio; las huellas y vestigios del histórico trayecto lo  exploramos con los caminantes de la Sociedad de Mejoras Públicas y su presidente Nolberto Gómez. A continuación compartimos con nuestrros lectores la experiencia del referido recorrido,

Danza nupcial capatada por la cámara del autor durante el recorrido.


Otra imagen sublime en el camino-


El autor , Norberto Gómez, Edgar Castrillón e Isidro Cárdenas admirando el fruto del balso tambor con el cual los fundadores rellenaban almohadas y colchones.
Cañón del río Campoalegre que despunta en Tarapacá.

Recorrido por el camino San Francisco- Santa Rosa.  Salimos de la histórica vereda de Guacas donde analizamos los sitios más representativos del sector como El templete, las obras de arte en barranquismo con los arrieros del camino del Privilegio, la imagen de Abel Marín Chica, el Verraco de Guacas y las figuras de los indios Quimbayas primitivos habitantes de la región. En el recorrido destacamos la hermosa fonda, representativa de la arquitectura raizal y que desafortunadamente está desapareciendo transformada por el cemento y las construcciones 
"modernas" sin ninguna relación con las raíces y la cultura de los colonizadores antioqueñas.

Avanzamos sobre las huellas del Camino del Privilegio y cerca de la hacienda La Báscula encontramos el sitio desde donde se desprendía el ramal que comunicaba a Santa Rosa y a los viajeros de antaño con Palestina y Chinchiná en los siglos XIX y XX.

Río Campoalegre en el sector de Campoalegre Planta. Se alcanza a percibirla ruta que seguía la acequia que accionaba la rueda pelton encargada de convertir la energía hidráulica en fuente de luz. 


Imágen tomada de internet que aunque difusa refleja los principios básicos que regían las plantas eléctricas: el agua que por una acequia se precipita con fuerza contra la pelton accionando el generador de luz. 

Pasamos el río Campoalegre e identificamos el lugar que antes ocupaba un puente llamado entonces puente real o de bestia que alcancé a conocer y que comparto con los lectores en el presente artículo. Las huellas de la ruta nos conducen al sitio de las Peñas, donde en 1916, los santarrosanos construyeron la primera planta eléctrica, trascendental hecho histórico que tal vez, como en algunos pueblos de antioquia, hizo que algunos habitantes exclamaron con ironía: !ahora sí te jodites, luna, a alumbrar a los pueblos!. El emotivo momento hizo que algunas familias alumbraran la imagen del Corazón de Jesús con la bombilla recién instalada para rendirle homenaje al Creados con el primer destello de luz proveniente de la planta en la inauguración. Como la empresa era de naturaleza privada y los líderes del municipio no se pudieron poner de acuerdo sobre las tarifas, se construyó en el breve lapso de tres meses una nueva planta sobre el río San Eugenio (antiguo matadero municipal). Eso era iniciativa y espiritu progresista).

Alcanzamos a identificar el canal por donde se conducía el agua a la rueda pelton y las ruinas donde se ubicaba el generador y el transformador de la energía. La luz también se distribuía en Chinchiná, Luego se pasó en 1930 la planta municipal al sitio donde hace algunos años desmantelaron la rueda pelton, quemaron la casa y hasta los tubos se volvieron humo. 1Cómo cambian los tiempos! 

Espléndida composición formada por el camino y la hacienda típica cafetera que poco a poco es reemplazada por viviendas de "material".


Otra majestuosa imagen del sector. A pesar de todo no se ha hecho un censo de las viviendas típicas de la colonización para preservarlas  y crear conciencia de su importancia .. 


Sector La Gorgonia.

Nuestra excursión exploratoria continúa por las fracciones de La Gorgonia, donde encontramos hermosos paisajes, mariposas deslumbrantes, árboles nativos como el balso tambor. Las huellas de la vía las reconozco hasta Tarapacá, creo que cruzaba de nuevo el Campoalegre y por San Juan se enrumbaba a Chinchiná.

Histórica casa de Tarapacá por fortuna rescatada por la familia Echeverry  Parada  obligada de los buses años atrás para llevar los famosos chorizos santarrosanos. Sólo con evocar su sazón y sabor se me vuelve la boca de agua.

El nexo con Chinchiná y Santa Rosa fue muy estrecho no sólo por el pasado común relatado en estas líneas, si  no también por las romerías de creyentes que de la ciudad de Fermín López iban al vecino municipio a "pagar mandas" o promesas al Señor Caído de Chinchiná cuya fama de milagroso competía con la venerada imagen de Buga. En Santa Rosa había una particular  devoción por el atormentado, flagelado y abatido Cristo de la ciudad vecina traído desde Barcelona en 1908, pues toda la población quedó estupefacta cuando uno de sus habitantes, quién había quedado mudo por un accidente, recobró el habla; el milagro se atribuyó a la devoción por el Señor Caído de Chinchiná. A la patrona del personaje casi le da un infarto cuando después de enviarlo al solar a buscar una alebrestada gumarra, regresó diciéndole:" señora allá no hay ninguna gallina". Tal vez, más adelante contemos la historia completa.

En 1908 San Francisco, hoy Chinchiná , recibió con regocijo y especial veneración la imagen del Señor Caído que llegó a tener fama de milagroso.
Imagen del Señor Caído traída desde Barcelona en 1908 tuvo fama de milagrosa . Transmite paz y sosiego para el espíritu.
Santa Rosa y Chinchiná tuvieron un pasado común. La pila que aparece en primer plano tenía una aguatera con formas insinuantes y según algunos con poca ropa para el recato de la época, hecho que generó polémica y el traslado a diferentes ángulos del parque. Cuando los comentarios la dejaron descansar alguien la arrancó de su pedestal . Quienes visitamos la ciudad por su Cristo y su historia y la población en general esperamos volverla a ver engalanando el parque y aglutinando a sus habitantes con las múltiples anécdotas que ha generado desde su construcción.

Espero que en un futuro al proyecto Paisaje Cultural Cafetero se le inserte el componente histórico para enriquecerlo y hacerlo más atractivo reivindicando y visibilizando las gestas de nuestros fundadores,
            

lunes, 1 de septiembre de 2014

“El enemigo público número uno"


Ramón Vasco, alias “ Medellín”, fue uno de los personajes más populares de Santa Rosa en la primera mitad del siglo XX. Sus acciones suscitaban en la comunidad odio o simpatía, pero nunca indiferencia. Era catalogado como un excelente maestro de obra por su profesionalismo y honradez, virtudes que refrendó cuando a partir de 1930 se empezaron a erigir las dos torres de la iglesia y “Medellín” coqueteaba con la muerte desde los frágiles y rústicos andamios de guadua, coordinando las labores de quienes desafiaban las alturas sin temor alguno.


Lasa calles encamellonadas de Santa Rosa en tiempos de Medellín .


Pero Ramón Vasco tenía un lado oscuro y era su desmedida afición por el licor;  los habitantes de la ciudad decían que por su organismo no corría el torrente sanguíneo, sino torrente etílico: vivía “prendido” como un ocho de diciembre. Sus borracheras llegaron a alterar seriamente el orden público y la calma parroquial  pues venían acompañadas con insultos al alcalde, resistencia a la policía y escándalo. No había sitio público en la ciudad donde su irascible temperamento precipitara su letanía de insultos: en el café Orleans, discutiendo con su propietario por la cuenta, arrasó con mesas y taburetes; en el teatro municipal, ubicado en la Casa Consistorial, la emprendió contra el policía porque lo expulsó de la sala de cine.  Episodios similares se repetían constantemente en la localidad con Ramón Vasco como protagonista. La situación se agravaba cuando en medio de los forcejeos con los agentes o cuando a “brinco de sapo” lo conducían a la cárcel, la gente rechiflaba a los policías y literalmente lo rescataban del brazo de la ley, hasta que el personero o el mismo alcalde, se comprometían a llevarlo a la celda “por las buenas”, pero invariablemente se volaba y se refugiaba en su casa. De allí no lo sacaba nadie y al día siguiente, ya sobrio,  se presentaba ante el alcalde para purgar la pena correspondiente; al fin y al cabo tenía en la cárcel una cobija y una estera de su propiedad  por ser un frecuente inquilino del centro de reclusión.


El record del pintoresco personaje en detenciones por
beodez era alarmante. regía entonces un estricto decreto contra la vagancia y la ratería que le permitía a las autoridades deshacerse de las personas consideradas indeseables, confinándolas en colonias penales y como lo amenazaron con aplicarle la mencionada norma, Medellín se fue voluntariamente de Santa Rosa, pero no pasó mucho tiempo exiliado pues la misma comunidad exigió su regreso, porque sus conocimientos en el arte de la construcción eran imprescindibles y fundamentales para el progreso de la ciudad.


La plaza de Colón  que hasta 1930 fue sede de la plaza de mercado y donde Medellín en medio de sus jumas despertaba la ilaridad de los parroquianos, la rabia de las autoridades cuando las hacía objeto de sus punzantes insultos . Al frente en la casa consistorial quedaba la cárcel donde le guardaban la estera y la cobija como buen usuario de la penitenciaría.

Sin embargo, nada ni nadie iba a impedir que se tomara sus “polas” y el conflicto con las autoridades continúo; por eso, el alcalde y la policía de común acuerdo, decidieron cortar el mal de raíz y en una de sus “jumas”, decidieron aplicarle el proceso breve y sumario por vagancia y ratería para enviarlo a una colonia agrícola a manera de castigo y resocialización. Todo el día, muy juiciosamente, el alcalde practicó las pruebas para fundamentar el exilio, tomando declaraciones a todos los integrantes del escuadrón policial, quienes recitaban un libreto previamente concertado:” Es un individuo pernicioso y puede calificarse como ebrio consuetudinario, muchas veces en estado de embriaguez ha sido conducido a la cárcel y ha hecho resistencia, ultrajando a la autoridad con palabras soeces que escandalizaron a la sociedad; su altanería e independencia no tienen límites y es considerado como el enemigo público número uno de la autoridad…” Bajo la mirada satisfecha de los gendarmes, el alcalde se disponía  a firmar el decreto referido; pero el  secretario del despacho, ducho “chupatintas” aguó la fiesta al recordar que el encausado estaba muy lejos de ser vago, pues era el mejor constructor de la ciudad y nadie podría dudar de su honradez. Por sustracción de materia el decreto se rasgó; Medellín quedó libre y se fue a celebrar con sus amigos a la cantina más cercana “la confianza otorgada por sus cualidades de buen ciudadano”