.
La plaza. La capilla constituía el símbolo de la fe, en los
pueblos de origen antioqueño y en torno a ella se desarrollaba el crecimiento de
la aldea. El primer templo de la ciudad, hecho de paredes de embutido, se
erigió en donde hoy funciona el Banco de Colombia y la Casa de los Fundadores ;hasta 1.871 aproximadamente
sirvió como epicentro de los oficios religiosos.
Los pueblos crecen casi
espontáneamente, con un precario diseño urbano y con el tiempo cuando se han
construido las viviendas y se consolida la comunidad, se ve la necesidad de
replantear el trazado efectuado en las fundaciones.
En Santa Rosa de Cabal, el
replanteamiento arquitectónico, que cimentó el crecimiento urbanístico se
concretó en 1.870, cuando el Concejo Municipal, mediante acuerdo del 23 de mayo
demarcó el sitio para la plaza, la iglesia, la casa municipal llamada en ese
entonces, casa consistorial hoy sería la alcaldía; así mismo, determinaba el
acto administrativo referido que las calles tendrán 80 metros de latitud,
dividiendo cada manzana en 80 mts cuadrados. El presidente del concejo era Juan
Marco Tobón y el alcalde, Juan González.
.
En el referido acuerdo de
1.870, se autorizó para que se abriera un libro para legalizar la propiedad de
los solares de la parte urbana adjudicados a los pobladores de la ciudad,
muchos de ellos habían cambiado de dueño, por venta, herencia, permuta u otra
forma de adquirir la propiedad y como aún habían lotes disponibles en la parte
urbana, se le autorizó al alcalde adjudicar “ a los vecinos que puedan
edificar, un solar de 20 mts de frente y cuarenta de centro. Es bueno decir,
que los predios asignados en la zona rural, llamados posesiones de campo, ya se
habían formalizado legalmente a partir de 1.849.
.
En 1.871, el padre José
Ramón Durán de Cázares ya estaba al frente de la construcción del nuevo templo,
(la actual Basílica Menor), el 24 de septiembre del mencionado año, le escribía
al alcalde : “siendo de absoluta necesidad que de todos modos propendamos al
fomento de la sobras públicas y especialmente ahora a la construcción del
templo del Señor, que con algún entusiasmo estamos construyendo, deseo que
usted expida un decreto concediendo francas las maderas y demás elementos que
para tal obra sean necesarios y que se hallen en la jurisdicción de su mando,
si es que tal procedimiento está en la esfera de sus facultades o si no se
digne recabar de la corporación
municipal para que ésta considerando la necesidad pública expida la resolución
de que ningún elemento de construcción que se halle en terrenos de propietarios
vecinos y que sirvan para la obra del Señor, sean estorbados por los dueños,
pues esto es para satisfacer una necesidad pública como bien lo vemos todos”.
Mientras se iba
construyendo la iglesia, la plaza no era más que un terraplén, con piso
inclinado, sin árboles y carente de elementos ornamentales, hasta 1.890, cuando
las autoridades municipales vieron la necesidad de hacer construir una pila
donde la población pudiera abastecerse de agua. El primer acueducto, se había empezado a construir en 1888.
La pila se contrató con el arquitecto Lisandro Marvez. El alcalde de la época don Heliodoro Hurtado, abuelo del reverendo padre Fray Manuel López, recientemente fallecido y Adiela López, le escribía así al Concejo Municipal el 22 de diciembre de 1.890, justificando la necesidad de la fuente y por primera vez se, vislumbran posibilidades turísticas, cuando alude: “…es obra que interesa y embellece y que al mismo tiempo que sirve de ornato, es un bien general que llamará la atención no sólo a los habitantes de esta localidad, sino también a todas las personas que por esta plaza transitan para otros lugares, movido por las buenas intenciones que me animan de trabajar por la felicidad y adelanto y ornato de esta población…”
La obra era en forma
de copa invertida construida en lámina de cobre. El valor total fue de $383, 78
¾, distribuidos así: $300, ºº para el arquitecto; $89,60 en láminas de cobre
para la copa; $22.50 en trementina y barniz y el resto en manteca, conducción
de ladrillo, arena y gravilla.
Por la época el
municipio atravesaba una penosa situación económica y la tesorería no tenía
fondos; sin embargo la obra se efectuó porque tres ciudadanos hicieron al
municipio un préstamo de $ 300ºº. Los mecenas fueron los señores José Ignacio
Giraldo, Emiliano Henao, Eusebio Ángel y Eliseo López. En 1.896, la pila ya amenazaba
ruina.
Segunda pila.
Muchos años habían pasado desde el momento en que la primera fuente dejó de
funcionar, cuando Rafael Genaro Mejía, presidente del Concejo en 1.908 habla de
la necesidad de construir un nuevo surtidor para abastecer de agua a la
población y al ganado durante las ferias que se celebraban en la plaza. Para
financiarla se expidió un acuerdo, vendiendo diez pajas de agua. Como lo veremos más adelante, el referido proyecto se materializó a partir de 1913, con una fuente traída de Manizales.
En abril de
1.890, el alcalde, José Ignacio Giraldo, preocupado por el fétido ambiente
producido por las emanaciones de los caños de aguas negras que tranquilamente
algunos votables del pueblo vertían a la plaza, le escribía al Prefecto
provincial del Quindío:
“por la posición
topográfica de esta plaza, las casas o edificios construidos hacia el sur, las
aguas naturales como las inmundicias las sacan por acueducto a la plaza pública
humedeciendo ésta o afectándola con tales despojos. Como yo creo que esto no es
permitido y que los señores de dichas casas o edificios deben llevar las aguas
de los comunes y los que se recojan al interior de los edificios por acueducto
hasta lugares que no sean perjudiciales a la salubridad y aseo de la población.
Me permito hacerle a usted, la siguiente consulta: ¿ Puedo impedir que dichos
desagües derramen en la plaza de este municipio e intimar a los dueños de los
edificios para que los lleven …”
En 1.913 se celebraba en la plaza principal
la feria de ganado, pero también el mercado público; los comerciantes expendían
sus productos en toldos o ventorrillos y debían pagar un impuesto tasado así:
los puestos donde se vendían mercancías, cacharros y chicha 6 centavos; carne,
cacao y tabaco 4 centavos; quienes vendían panela cancelaban al fisco municipal
4 centavos.
Pila traída desde Europa a Manizales , que estuvo frente al templo de la referida ciudad e inaugurada en el siglo XIX. y que a partir de 1913 estuvo en la plaza de Colón de Santa Rosa . |
En 1.913, la pila que antes estuvo en Manizales, se instaló en la plaza principal llamada de Colón; por su adquisición, el municipio le pagó al señor Estalisnao Estrada la suma de $1.200ºº y en su colocación se invirtieron $552ºº. Era funcionarios de Santa Rosa, Félix Arias, alcalde; Uladislao Hurtado, tesorero; pastor Buitrago, presidente del concejo; Pedro A. Gallo, director del colegio Robledo y Pascual López, director de la escuela de varones, padre de quien en 1.930, dirigiría las obras que transformaron la plaza principal.
En 1.914, se inicia la siembra de árboles en
torno de la pila. El concejo faculta al alcalde para “que forme un parquecito
jardín en la plaza de Colón alrededor de
la pila y en un perímetro hasta de 15 metros y para sembrar en la misma plaza uno o dos series de
árboles arrayanes de manera simétrica “. El presidente del concejo era Emiliano
Henao.
Pila que inicialmente estuvo en la plaza principal de Manizales, frente a su templo y que luego se trasladó al parque Colón de Santa Rosa. |
Parque de Colón. . En su epicentro, la pila tenía era el entro de atención. |
El 11 de diciembre de 1.915 aumentaron considerablemente los robos en la población y hubo necesidad de contratar un cuerpo de serenos compuesto de 4 individuos que ganaban cada uno $8ºº pagados por el comercio de la ciudad y se encargaron de prestar el servicio durante la noche.
El 24 de diciembre de 1.916 se inauguró en
Santa Rosa la energía eléctrica. El alcalde Jenaro Trujillo, le escribe al
respecto al prefecto Provincial y hace alusión con tristeza al único crimen que
se cometió en el año: “… Este año no ha ocurrido nada mas grave que el
asesinato perpetrado en la persona del señor Antonio Correa; fuera de este
desgraciado acontecimiento todo ha marchado bien. De suma importancia y
trascendencia fue la inauguración del alumbrado eléctrico que se celebró con
civismo y entusiasmo el 24 del presente mes…”
La plaza principal tenía un ligero declive, en época de invierno el tránsito de semovientes y comerciantes durante los días de mercado incrementaba lodazales y charcos; para conjurar este perjuicio se
decretó la empedrada de la plaza y de una parte de las calles que comprendían
la ruta de los arrieros por la carrera catorce hacia el sur .. la aludida
empedrada de calles y plaza, así como la siembra de 8 fértiles pinos o cipreses
fue la primera mejora de importancia que se le hizo hasta 1913 .
Los primeros automóviles empiezan a matricularse el 1º de junio de 1.924, en esta fecha Camilo Mejía E. pagó $10ºº por el funcionamiento de dos autos para prestar el servicio público por las calles de la ciudad, la marca era Ford. En la época, para resaltar la calidad del auto, se decía que a “uno debían enterrarlo con un Ford, porque este potente carro lo saca de cualquier hueco. “
El 31 de mayo los conductores Ernesto Villlamil y Ezequiel González, solicitaron el permiso para conducir y tener el oficio de chauffeur; la sofisticada palabra quedó reducida en la actualidad a la expresión chofer.
Parque de Colón 1928. Un Ford, modelo T en primer plano y posiblemente el primer vehículo traído a la ciudad. |
El ingeniero Pascual López, nos
cuenta en sus memorias que ”a la plaza con su jardín se le bautizó entonces con
el nombre de “ Parque de Colón” puesto que fue inaugurado el 12 de octubre de
1.914 aniversario del descubrimiento de América”; la inauguración se hizo con
discurso alusivo y ya en esa fecha se celebra en Colombia la
fiesta del árbol que en Santa Rosa se efectuó sembrando algunos ejemplares en
el nuevo parque, a los acordes del hermoso himno del árbol que cantamos los
escolares de la época” y que lo podemos encontrar ingresando a la página YouTube Jaime Fernández Botero. Himno al árbol.
En 1.930 Colombia conmemoraba los cien años de la muerte de Simón Bolívar decretando honores a su memoria. Las plazas principales de las ciudades debían llevar el nombre del Libertador. La clase dirigente aprovechó la oportunidad para transformar el parque de Colón y cuando se estudiaban varias alternativas para ello, un joven ingeniero que apenas un año antes había obtenido el título, presentó una novedosa propuesta que cautivó a las autoridades locales, dejemos que el mismo nos narre estas vivencias:” … en mi concepto, los proyectos tendían más que todo a resolver los problemas de la erosión con prescindencia casi absoluta de su carácter de monumentos a la memoria del héroe; por ello, en un arranque de patriotismo y amor por mi patria chica y con alarde de profesional joven de entonces, inicié calladamente mi proyecto de plaza, que pocos días presenté, por conducto del señor personero, a la consideración del Honorable Concejo Municipal , entidad que acogió desde el primer momento el proyecto, autorizando la elaboración de planos definitivos; así mismo quedó bajo mi encargo y cuidado la dirección de la obra…”
Los trabajos se
iniciaron en abril de 1.930, empezando por derribar árboles de abarcadura entre
yarumos, cipreses, palmas y laureles y en medio de un clamor de protesta por la
destrucción de tan generosos amigos plantados por nuestras propias manos, como
reza el himno del árbol. Pero el motor que todo lo allana, impuso su querer
para dar paso y vida a los nuevos conceptos de las plazas duras, bullangueras y
republicanas. Dentro de este concepto, tampoco tenía cabida, la hermosa pila de
la plaza, por lo cual se ordenó su desmonte
… de sus piezas en depósitos municipales para erigirla más tarde en uno
de los ….parques que se planeaban en la
ciudad, tales como el de la plazuela del Rosario, haciendo bello contraste con
el monumento de Fermín López”
En 1.931, el
Concejo Municipal de Santa Rosa por solicitud
de la Corporación Edilicia de Manizales, le obsequió la histórica pila. La
fuente fue instalada en el parque Los Fundadores; allí engalana el emblemático sector, armonizando,
sin desentonar, con las modernas obras
del cable que crearon un nuevo lenguaje arquitectónico en la capital de Caldas.
Como La partida de la fuente coincidió con unos radios que la gobernación del
departamento distribuyó en los municipios, en el imaginario colectivo de los santarrosanos,
quedó la convicción que se había cambiado por un radio.
“
El doctor Pascual López, ingeniero quien proyectó y dirigió la plaza nos narra la forma como se va materializando la obra: "Para el mes de octubre, ya se erguían triunfantes sobre plintos y pedestales, las columnas góticas del alumbrado : la primera de estas se levantó en el ángulo noroeste de la plaza, frente al ´pórtico de entrada al colegio de Jesús ; con las esbeltas columnas también tuvo vida la platea central, guardada por regimientos de balaustres que custodian su entrada y parejas de faros centinelas que le hacen guardia de honor. Como término de faena, de la entonces magna obra, se trajo en cuerpo y alma una buena rebanada de las frescas y verdes praderas del valle de Dosquebradas que en pequeños y cuadrados paneles, se arrumaron lateralmente para formar los ocho abanicos y cuatro corazones de verdura de la plaza; este fue, pues un legítimo trasplante de paisajes, aprisionado luego por un débil cordón de sardineles que le sirvieron de marco.
Plaza de Bolívar; al fondo la Casa Consistorial o alcaldía. |
El doctor Pascual López, ingeniero quien proyectó y dirigió la plaza nos narra la forma como se va materializando la obra: "Para el mes de octubre, ya se erguían triunfantes sobre plintos y pedestales, las columnas góticas del alumbrado : la primera de estas se levantó en el ángulo noroeste de la plaza, frente al ´pórtico de entrada al colegio de Jesús ; con las esbeltas columnas también tuvo vida la platea central, guardada por regimientos de balaustres que custodian su entrada y parejas de faros centinelas que le hacen guardia de honor. Como término de faena, de la entonces magna obra, se trajo en cuerpo y alma una buena rebanada de las frescas y verdes praderas del valle de Dosquebradas que en pequeños y cuadrados paneles, se arrumaron lateralmente para formar los ocho abanicos y cuatro corazones de verdura de la plaza; este fue, pues un legítimo trasplante de paisajes, aprisionado luego por un débil cordón de sardineles que le sirvieron de marco.
Pero como
precursoras de verdura y simetría, primero que los prados, llegaron las
Araucarias, traídas de Bogotá por don Guillermo Villegas, dinámico personero,
quien se constituyó en el hombre clave para la feliz terminación de la obra.
Precisamente en octubre del año 30, llegaron estos preciosos ejemplares de
coníferas, muy pequeñas, apenas en edad de trasplantar…”
“ El nombre de
parque de Colón dado a la plaza, perduró hasta 1.930, cuando fue inaugurada la
actual , con el nombre de Plaza de Bolívar y no parque de Bolívar, como quedó
arraigado, en muchas mentes, pues la actual perdió por completo las
características de parque, para convertirse en una verdadera plaza y escenario
de la vida civil, turística y democrática de la ciudad, no tan sólo por el
cambio de su nombre sino por su nueva presentación adusta, dura, sencilla y
espaciosa, con muestras góticas esparcidas dentro de un panorama de verdura,
que enmarcan en estrecho abrazo las rectas y las curvas únicas verdades
geométricas que engendran vida y calor a la misma naturaleza.
Los trabajos se
iniciaron en abril de 1.930 siendo alcalde
Blas Arbeláez, y se inauguró el 17 de diciembre de 1.930.El alcalde era don
Jesús A. Idárraga. Presidente del
Consejo Benjamín Villegas.
En 1.925, se celebraba en Santa Rosa la inauguración del Ferrocarril, como era normal en la época, las grandes obras públicas se recibían con grandes festejos que duraban varios días y eran organizados por una junta nombrada por el alcalde. Los señores Jesús Jaramillo, Roberto Trujillo y Juan Bautista López prepararon el evento; asimismo, Blas Arbeláez, primer mandatario, como se acostumbraba desde la fundación nombró una policía cívica integrada por 21 ciudadanos que prestaban el servicio ad-honorem. El citado cuerpo civil de policía se nombró el 18 de julio para la “vigilancia moral y de los rateros, sobre todo en la estación del ferrocarril”.
1925, inauguración del ferrocarril en la ciudad. |
El tren cruzando el puente de La Hermosa hacia el túnel de Boquerón |
En 1.925, se celebraba en Santa Rosa la inauguración del Ferrocarril, como era normal en la época, las grandes obras públicas se recibían con grandes festejos que duraban varios días y eran organizados por una junta nombrada por el alcalde. Los señores Jesús Jaramillo, Roberto Trujillo y Juan Bautista López prepararon el evento; asimismo, Blas Arbeláez, primer mandatario, como se acostumbraba desde la fundación nombró una policía cívica integrada por 21 ciudadanos que prestaban el servicio ad-honorem. El citado cuerpo civil de policía se nombró el 18 de julio para la “vigilancia moral y de los rateros, sobre todo en la estación del ferrocarril”.
Las fiestas
patrias se celebraban con mucha pompa y entusiasmo: así lo revela la
programación efectuada el 7 de agosto de 1.922, para conmemorar la Batalla de Boyacá:
El acto se
iniciaba en la madrugada a las 4 de la mañana con una alborada en la que se
hacían descargas con balas de salva; seguidamente todos los niños de la escuela
urbana de varones recorrían con la banda del municipio las principales calles
cantando himnos patrióticos. A las 7 a.m. se reunían en la iglesia para oír la
Sagrada Misa con el correspondiente sermón del padre Diego María Gómez ( primer
historiador que tuvo la ciudad); asistía el Concejo Municipal en pleno, todos
los funcionarios y la comunidad en general. Posteriormente, en la parque de
Colón, se reunían todas las comunidades en un acto solemne de juramento a la
bandera: un insigne Santarrosano “ con entonado acento” se dirigía a los
asistentes instándolos a expresar su fidelidad a los principios patrios; ¡sí
juro¡ era el estentóreo clamor con el que
la población sellando su compromiso con la patria. Luego venía una
carrera alrededor del parque, danzas por los estudiantes y un espectáculo
brindado por un grupo de caballistas haciendo piruetas en sus corceles; se les
llamaban, los jinetes de la muerte. La jornada de la mañana se terminaba con
una carrosa cómica que despertaba hilaridad y risas. En la tarde, la solemnidad
con el que se inició el acto había desaparecido y seguía la amable guachafita;
la distensión liberadora de tensiones se
presentaba con los toros, pero se obligaba a los organizadores a cubrir con
bolas de caucho los cuernos del “miura” para proteger al caballo (noble bruto)
y al torero (bruto innoble), de las astas del vacuno. A las cinco de la tarde,
continuaban las emociones con la vara de premio y por la noche todos los
habitantes se reunían a ver cine público, las películas eran mudas, de humor o
de mucha acción y cuando en estas se prendía una pelea ( dar cocadas se decía
entonces), el público, emocionado, hacía devolver la cinta por varias ocasiones
para disfrutar la refriega.
La ciudad, como
era la esencia de la época, se regía por rigurosas normas que propendían por evitar
que la anarquía y el libre albedrío incidieran en afectar el orden urbano. Los
avisos y carteles debían fijarse en lugares debidamente predeterminados para
ello y debían además respetar las normas de ortografía; así lo ordenaba un acto
administrativo del Concejo Municipal, expedido el 9 de diciembre de 1.915:
“…Publicaciones o avisos erróneos. Por cada aviso que se fije en lugares
públicos y que adolezca de herrores ortográficos, o que estén reñidos con la
estética, pagará el interesado 30 centavos oro y se le obliga a retirarlo.” Muy
loable el deseo de preservar nuestro idioma, pero los concejales incurrieron en el vicio que atacaban, pues incurrieron en
la falta de escribir error con h; un verdadero horror, pero el acuerdo no lo
retiraron.
En 1.924, las
personas más solventes del municipio eran : Don José J. Arango con un capital
de $ 20.000ºº; don Enrique Arbeláez con $32.000ºº; Don Juan Bautista Arbeláez con $20.000ºº; don Jesús A. Botero con
$24.000ºº; don Jesús Constain, $50.000ºº; Luis M. Mejía, $40.000ºº; don Víctor
palacios , $50.000ºº; don Adolfo Restrepo, $20.000ºº; Don Juan Siluán,
$14.000ºº y don Martiniano Trujillo, alcalde de Santa Rosa en muchas ocasiones
y bisabuelo del ex presidente César Gaviria T., con $12.000ºº.
El Concejo Municipal, por acuerdo 29 de diciembre de 1.930, estableció para el año siguiente las tarifas para los diferentes establecimientos comerciales y de servicio. Los cafés empezaban a emplear mujeres para atender a los clientes y considerando las autoridades que las “coperas”, peyorativo calificativo con el cual se les identifica desde entonces, podrían contribuir a relajar la moral, optaron por desestimularlos imponiendo a los establecimientos que emplearan el servicio de mujeres un oneroso impuesto de $100ºº por apertura y $50.ºº mensual, mientras que los que no emplearan las citadas féminas, sólo cancelaban $10ºº por apertura y $5.ºº de impuesto cada mes.
Esta estrategia que
fue empleada con éxito con los vendedores de chicha, no prosperó en este caso
porque el acuerdo fue anulado por la gobernación del departamento, pues violaba el artículo único del Acto
Legislativo nacional de 1.921, que garantizaba el ejercicio de las profesiones
honestas y cerraba así el paso a las pretensiones moralizantes de los legisladores
locales.
A partir de 1930 , donde hoy se encuentra la Plaza de Mercado, se organizan los encuentros de fútbol, al frente de la casa de don Juan Siluán, construida en 1928, hoy, Hotel Fundadores. |
El fútbol comienza a tomar fuerza en la ciudad en el año de 1.930, cuando se conformaron los equipos del Axter, el Once y el Bolívar. Los deportistas emplearon como sede de sus entrenamientos y “desafíos” la plaza de los Fundadores, que era entonces un terraplén donde desde el 11 de octubre se había destinado para plaza de mercado, reemplazando el parque de Colón que estaba en pleno proceso de transformación. Sin embargo, algunos vecinos del sector molestos con los bombillos rotos, las tejas fracturadas y las paredes marcadas con los relieves de los balones, en muchos casos una vejiga de cerdo cubierta con toscos pellejos de res cosidos con fibra de cuero por un zapatero, se quejaron ante la alcaldía y el 31 de diciembre de 1.930, el mandatario don Jesús Antonio Idárraga, prohibió el juego del balón en ese lugar. Pero un grupo de comerciantes del sector encabezado por don Juan Silúan, comerciante Sirio Libanés y los jóvenes deportistas en numerosas cartas dirigidas a las autoridades consignaron con respeto pero con contundencia, serios argumentos que dejaban en evidencia el poco fundamento de la providencia: “ … vedar la plaza de los Fundadores como campo de deportes sería echar de un solo tajo la cultura cívica de Santa Rosa a una fosa insondable lo que constituye un negro nubarrón en un medio donde la civilización no sólo tocó , sino que penetró las puertas de la ciudad y ha echado fuerte raigambre en todos los sectores del conglomerado social…”, exponían Guillermo Trujillo y Alfredo Valencia, presidente y capitán del equipo Once; don Juan Siluán, por su parte en una extensa misiva defendió la práctica del balompié diciendo “deseamos que continúe para proporcionar así un rato de solaz a nosotros mismo s y a nuestras familias; no es posible y es increíble que en Santa Rosa, por cuyas puertas ha penetrado gran parte de la civilización contemporánea se venga a prohibir un deporte que día a día atrae a él más amantes…” En el mismo sentido y reivindicando la importancia del deporte para la juventud, se pronunciaron los integrantes del equipo Bolívar representados por don J. Aristóbulo Gómez, presidente; José Ocampo; Alfonso Gómez, Enrique Ocampo Restrepo; Luis A. Arcila; Eliécer Duque; A González A. Eliécer Duque y Arturo Restrepo.
Las diferencias
se zanjaron el 27 de enero de 1.931, cuando reunidos en la Casa Consistorial el
alcalde y los capitanes de los equipos acordaron, en un ambiente de respeto,
redactar un mini código para reglamentar los encuentros de fútbol: los equipos
nombrarían un tesorero común; en caso de daños al alumbrado u otro tipo de
perjuicio causado, pagaría el equipo responsable y en caso de no
individualizarse la responsabilidad, el resarcimiento del daño estaría a cargo
de todos los equipos. Si una escuadra “forastera” hace un daño en cosa ajena, debía pagar el
equipo local que aceptó el desafío. El nacimiento del fútbol en Santa Rosa fue
un verdadero parto de mula, pero al final prevalecieron las razones y el
sentido común se impuso sin dejar vencedores ni vencidos.
La Casa
Consistorial. La Historia de la Casa Consistorial empieza en 1.870 cuando por
medio del acuerdo del 3 de mayo se demarcaron los solares para construir la
iglesia, plaza y casa consistorial equivalente a lo que hoy es la alcaldía. El
predio estaba localizado en los lotes que hoy ocupan el Banco Cafetero y
Telecom; en su época y de acuerdo con los agrimensores José María Gómez y
Gregorio Londoño, uno de los fundadores, quienes midieron el predio nos dicen
que el lugar destinado para cárcel y casa consistorial está ubicado en la primera cuadra del lado
norte de esta plaza( Banco Cafetero y Telecom), constante de 33 varas de
fachada y cincuenta de centro y lindaba por el oriente con el solar de José
Ramón Pino (hoy Banco de Bogotá); por el norte con solares de Vicente Castaño,
Francisco Duque y el solar que ocupaba entonces la primera iglesia de la
población ( hoy papelería Cauca y Casa Los Fundadores); por el occidente con casa y solar del padre
José Ramón Durán de Cázarez, primer sacerdote que tuvo la aldea y por el sur con la plaza pública ( hoy plaza de Bolívar).
La casa consistorial a partir de la fecha referida se fue construyendo por etapas y sometida a cambios de acuerdo a las exigencias que la evolución administrativa del distrito requería; en 1.875, la casa donde despachaban los empleados era una construcción de dos pisos , en el superior habían dos piezas donde despachaban el alcalde y el juez municipal y en el otro recinto cumplían sus funciones los concejales; en la primera planta quedaba la cárcel y se construía otra pieza adyacente para albergar las mujeres que delinquían pues no existiendo hasta ese momento lugar de reclusión para las féminas, se tenía que arrendar un local para ello.
A finales del
siglo XIX y en la primera década del XX, se aceleraron los trabajos para
adecuarla a las nuevas necesidades y sin que pudiéramos decir que estuviera
toralmente terminada, en 1.912 presentaba la estructura que en términos
generales conocimos hasta 1.968: dos pisos en su parte exterior y tres niveles
en su interior..
La casa
consistorial fue la sede de toda la actividad administrativa de la ciudad; allí
funcionaban las dependencias de la
alcaldía, el concejo, juzgados, personería, tesorería, junta de caminos; escuela
para niños en varias oportunidades; cárcel en el piso inferior hasta 1.919; teatro municipal con exhibiciones cinematográficas y obras de teatro bajo la
dirección del dramaturgo español Páez D´alfonso; biblioteca pública y otras dependencias como juzgados.
Como epicentro
de la actividad pública fue escenario de episodios trágicos y cómicos : en
julio de 1.919, los detenidos se amotinaron y atrincherados en su interior
mantuvieron en jaque a la fuerza publica local durante dos días, hasta que un
destacamento venido de Pereira logró someterlos a sangre y fuego, una víctima y
algunas fugas dejó el balance final del luctuoso hecho; desde sus instalaciones se dio orden de disparar a la multitud en
1.933, con el saldo trágico de la pérdida de dos vidas y varios heridos; uno de
los reclusos rompió con una de los instrumentos de trabajo de los obreros la
pared de la tesorería y hurtó un asuma considerable; las damas ardientes de
Machín, recluidas por escándalo público, sin discreción alguna, en el apogeo de
su juma, las emprendían contra el alcalde y los gendarmes con una variopinta de
insultos y denuestos dignos de ser rescatados de la bruma del tiempo: “ alcalde
cargaleña, cogés una tetica y te crees dueño del pueblo,” las pintorescas
expresiones venían adobadas con la salsa de aquellas palabras que “la decencia
impiden mencionar”, como decían los colonos fundadores.
La Casa Consistorial fue sede de las actividades cívicas y políticas. |
Otros recuerdos afloran en nuestra mente, relacionados con la histórica casa: En 1.934, cuando se agudizaban las contiendas partidistas, don Miguel Ibáñez, alcalde de la ciudad, invitó por todos los medios posibles a los santarrosanos a la casa consistorial, para demostrar que la tradicional imagen del sagrado Corazón de Jesús aún permanecía en la alcaldía y eran infundados y tendenciosos los rumores afirmando que la venerada efigie había sido sustituida por la de varios caudillos políticos. La gente fue recibida por el mandatario local y después de verificar la presencia del cuadro, se desactivó la tensión política.
En torno a sus
balcones se aglomeraba la gente después de la salida de misa mayor para escuchar la lectura del bando. El bando era la
forma o se promulgaban los acuerdos del concejo y los decretos de los alcaldes,
hoy se reemplazaron por la publicación en la gaceta departamental; este forma
de dar a conocer las normas se empleaba desde la fundación de la ciudad y tenía
una particular solemnidad: un tambor a manera de fanfarria anunciaba la lectura
de las leyes y predisponía la atención del público; luego el alcalde o el
secretario, con engolada voz, leía los actos administrativos y así, conocidos
por la población, eran de estricto cumplimiento y se podía aplicar el célebre
aforismo: “ la ignorancia de la ley no sirve de excusa para eludir la sanción,
cuando se viola un precepto”
Plaza de mercado Los Fundadores. |
Por acuerdo 12 de 1930, se dio nombre a la plaza antes llamada Patiobonito plaza los Fundadores . y se destina para la celebración del mercado público desde el 11 de octubre en adelante. Queda desde esa fecha prohibido el mercado público que antes se realizaba en la plaza de Colón.
En 1.932, cuando durante la guerra con el Perú, el radio, que según la gente, había sido cambiado por una pila, se instalaba en los balcones de la casa consistorial y desde la calle la gente escuchaba los últimos acontecimientos del conflicto bélico. Por la misma época, el 11 de noviembre, la población escuchó desde el mismo escenario, con curiosidad no exenta de admiración, la alocución de María Josefa Cardona Jaramillo invitando a respaldar las políticas del presidente Olaya Herrera cuyo lema era “ paz en el interior y guerra en las fronteras “ ; la frase con la que culminó su encendido discurso desató atronadores aplausos y causó el delirio entre los asistentes : “¡ expulsaremos de Leticia al invasor y luego ocuparemos el Perú e iremos a Lima, para comprobar si es cierto que allí nunca llueve¡. La brillante intervención de la efervescente oradora ratificó la expresión acuñada por los defensores de los derechos de la mujer: “s i la mujer tiene derecho a subir al cadalso, también lo tiene a subir a la tribuna”.
El 6 de julio de 1933 Santa Rosa recibe al presidente Enrique Olaya Herrera; el discurso de recepción estuvo a cargo del comerciante Sirio Libanés Juan Siluán. Aún quedaban en la ciudad las huellas del enfrentamiento efectuado en el mes de abril en la plaza principal de las fuerza pública con un sector de la comunidad con un saldo de por lo menos una víctima y varios heridos
Invasión de ratas. En 1.931 la ciudad sufrió una invasión de ratas; La Junta de Sanidad, bajo la dirección del doctor Pablo Emilio Lee Ayala, ante el peligro que la apocalíptica plaga significaba, puso precio a las cabezas de los roedores. Como el municipio, y Colombia en general, vivían una dura crisis económica por la caída de la bolsa en Nueva York y el desempleo aumentaba, la medida tuvo mucha acogida y significó para algunos un bálsamo para las penurias pues por cada bicho pagaban un centavo.
Invasión de ratas. En 1.931 la ciudad sufrió una invasión de ratas; La Junta de Sanidad, bajo la dirección del doctor Pablo Emilio Lee Ayala, ante el peligro que la apocalíptica plaga significaba, puso precio a las cabezas de los roedores. Como el municipio, y Colombia en general, vivían una dura crisis económica por la caída de la bolsa en Nueva York y el desempleo aumentaba, la medida tuvo mucha acogida y significó para algunos un bálsamo para las penurias pues por cada bicho pagaban un centavo.
Como cosa
curiosa, cuatro años más tarde, en 1.935, bajo la administración del señor
Guillermo Rivera C.( no confundirlo con el actual ex senador), alcalde de la
época, “ la sed de sangre” se dirigió contra los perros y los gatos debido a
una epidemia de hidrofobia que se presentó en la ciudad. Ya no había
recompensa, pero había “licencia para matar los perros y gatos que anduvieran
vagando en las calles y plazas de la población; la cruel medida, se hizo
extensiva incluso en el interior de patios y solares, si los citados animales
domésticos, no estaban amarrados y embozados, concediendo así una patente de
corso, para penetrar hasta los domicilios privados con el pretexto de eliminar
las posibilidades de expansión de la temida enfermedad.
En 1944, Santa Rosa celebra su centenario de fundación. Una de las obras con las cuales se conmemoró la significativa efemérides fue la inauguración del Monumento a los fundadores, La obra a cargo de la Sociedad de Mejoras Públicas fue financiada con el aporte de las colonias de santarrosanos residentes en el país y en el extranjero; el busto del fundador Fermín López, fue realizado por el maestro Gonzalo Quintero fundador y director en su momento de la Escuela de Bellas Artes con sede en Manizales donde había nacido este destacado artista y educador el 7 de febrero de 1895, fallecido en la misma ciudad
Busto del fundador de Santa Rosa , inaugurado en 1944 con motivo del Centenario de la ciudad realizado por el maestro Gonzalo Quintero Castaño. |
En 1944, Santa Rosa celebra su centenario de fundación. Una de las obras con las cuales se conmemoró la significativa efemérides fue la inauguración del Monumento a los fundadores, La obra a cargo de la Sociedad de Mejoras Públicas fue financiada con el aporte de las colonias de santarrosanos residentes en el país y en el extranjero; el busto del fundador Fermín López, fue realizado por el maestro Gonzalo Quintero fundador y director en su momento de la Escuela de Bellas Artes con sede en Manizales donde había nacido este destacado artista y educador el 7 de febrero de 1895, fallecido en la misma ciudad