viernes, 4 de octubre de 2013

Valores que inspiraron la fundación de Santa Rosa de Cabal



Valores que inspiraron la fundación de Santa Rosa de Cabal.


Jaime Fernández Botero. Abogado e historiador, miembro de número de la Academia Pereirana de Historia.



Durante la época de la Colonia, Antioquia era una de las provincias más pobres del Virreinato de La Nueva Granada. Su economía dependía básicamente de la explotación del oro y las pocas tierras aptas para la agricultura estaban en manos de terratenientes. Una vez se agotó el oro, se inició el peregrinaje de los colonos antioqueños, inicialmente al sur de la referida provincia y más tarde hacia el sur del río Chinchiná donde el gobierno nacional, una vez consolidada la independencia, estaba entregando tierras a los colonos al norte de la Provimcia del Cauca. 

Como las tierras ocupadas por los colonos antioqueños al sur de Antioquia, las reclamaba el terrateniente Jesús María Aranzazu y más tarde su hijo, Juan de Dios, quienes legitimaban" su presunta propiedad, esgrimiendo un título o concesión  otorgada por las autoridades españolas, surgió un dramático litigio que causó duros confrontaciones, conocido en la historia como la lucha entre el hacha y el papel sellado, es decir aquellos que reclamaban la propiedad por su esfuerzo y trabajo y el terrateniente que esgrimía unos títulos, que además de arcaicos eran dudosos. aunque les fueran reconocidos por las autoridades de La Nueva Granada en 1828.

En medio de la confrontación Fernín López y un grupo de familias salieron de Salamina, población ubicada en predios del terrateniente y después de permanecer un tiempo en San Cancio (cerro  que se erige donde hoy es Manizales), pasaron por Santa Bárbara., las ruinas del antiguo Cartago(donde en 1863 se fundaría la ciudad de Pereira) y llegaron a Cartago, desde donde gestionaron la autorización para fundar una nueva ciudad.

 
Cerro de San Cancio, hoy. En sus inmediaciones Fermín López se instaló con sus compañeros creyendo estar en territorio Cucano, pero aldarse cuenta que había confundido el río Guacaica con el Chinchináque marcab el límite entre las provincias de Antioquia y Cauca continuó su vida de peregrino , de Moisés de La Montaña hasta Cartago, capital del cantón del mismo nombre, para gestionar la autorización para fundar a CABAL. 


 El 13 de octubre de 1844, se dió lectura en el sitio que hoy ocupa la ciudad, el decreto del Presidente Pedro Alcántara Herrán que "autorizaba la fundación de un sitio llamado Cabal, ubicado en la Provincia del Cauca, república de La Nueva Granada." Los asistentes al acto ( lectura del bando para darle promulgación al decreto), entre los que se emcontraban Fernín López, José Hurtado, Emigdio Buitrago, José Antonio Pino, Grgorio Londoño, Pedro Gallego, Vicente Muñoz, Jesús López, Ignacio Vásquez, Nepomuceno Vásquez. Irén Londoño, Martín López y Ramón Buitrago, qurían que el nombre del asentamiento fuera Santa Rosa; sin embargo, el gobernador de la provincia negó esta posibilidad argumentando que en el país existían muchas poblaciones con el referido nombre de Cabal como homenaje a José María Cabal, héroe fusilado por los españoles durante las guerras de independencia. Sin embargo, en 1852, los fundadores materializaron su deseo cuando la aldea, como reconocimiento a su progreso, fue exaltada a la condición de Distrito Parroquial, el equivalente hoy a Municipio, llamada por la Asamblea Provincial de Antioquia Santa Rosa en honor de la santa de Lima y por elegancia yuris se le anexó el vocablo Cabal y así no desairar al mártir de la Patria.             

La primera autoridad civil fue Vicente Muñoz, quien firma como policía el acta de fundacíon con Fermìn López  como testigo; luego, cuando el sitio se convirtió en aldea, el corregidor fue José Antonio Pino en1846. Más tarde, en 1852. Cabal fue erigida en Distrito Parroquial, ( el equivalente hoy a ciudad)  siendo el primer alcalde fue Vicente Vásquez ; tres ediles conformaban el Concejo Municipal.


MUERTE DE FERMÍN LÓPEZ.Fermín López reconocido líder de grupo de colonizadores, se radicó en Santa Bárbara; desde que pasó por el idílico lugar quedó hechizado por el hermoso paisaje que reflejaba el alucinante espejo formado por los ríos Campoalegre y Campoalegrito serpenteando por entre las montañas del lugar como el imponente Cerro del Volador.


Monumento a Fermín López y los Fundadores, eregido en 1944 cuya historiala contamos enotra sección del prsente blog.
 
El acta de defunción del llamado "Moisés de la Montaña" quedó registrada así : " E n eta Santa Iglesia, de la Viceparroquia de Nuestra Señora de  ls Victorias de Cabal, a los veintisiete días del mes de septiembre de 1846 , yo el coadjutor interino de ella José Ramón Durán de Cázares dísepultura eclesiástica  según el ritual romano a cadáver del señor Fermín López adulto, viudo de la señora Salavadora Osorio y casado en segundas nupcias con la señora Ana Joaquin de Hurtado,  dicho señor López administrá los Santos Sacramentos de Penitencia y Extrema- Unción. Elseñor López murió a la edad de ochenta y dos años de muerte natural. fué hijo de Rionegro en la Provincia de Antioquia; empezó la fundación de Salamina en la misma Provincia y termonó su carrera en esta nueva población, siendo él, el primer explorador de estos miserables desiertos, por cuya razón se ha hecho acreedor a los recueros de sus amigos.
Todo lo expresado y lo relacionado lo certifico y firmo para que así conste .José Ramón Durán de Cázares.       


Santa Bárbarra, el paisaje que embrujó a Fermín López relejado en el alucinante espejo que forman los ríos Campoalegre y Campoalegrito.

 
La aldea desde su fundación fue inspirada por trascendentales valores como el del progreso, el trabajo colectivo, el sentido de pertenencia y la identidad, la solidaridad, la buena fe, la paz, el estímulo a la educación, la fe, la unión de los ciudadanos con las autoridades para  proyectar y materializar las obras públicas etc,


La autorización para la fundación de Santa Rosa tuvo una exigencia perentoria: debía ubicarse por donde en el futuro se construiría un camino para unir a Antioquia y el Cauca, hecho que se efectuó a partir de 1856. Fue el aporte de los santarrosanos al progreso de la región.


EL APORTE DE LA CIUDAD AL PROGRESO DE LA REGIÒN.En el acta de fundación se exigía como contraprestación por ceder gratuitamente las 12000 fanegadas para repartirlas entre los colonos provenientes de Antioquia, que la aldea debía erigirse en un sitio por donde debía pasar un camino que uniría a Antioquia y el Cauca, provincias hasta entonces separadas  por una arisca topografía y maecadas e irreconciliables diferencias idealógicas. Esto revela que en la fundación de nuestra ciudad hubo un determinismo histórico que llevó  en 1856 a  los santarrosanos a unirse con   Villamaría y a Félix de La Abadía para conformar el consorcio ABADÌA Y COMPAÑÍA LTDA con el objeto de construír  El CAMINO DEL PRIVILEGIO, la ruta que trajo el comercio de Antioquia y propició la CIVILIZACIÓN CAFETERA, facilitando las condiciones para que surgieran ciudades que asombraron a América por su vertiginoso crecimiento como Pereira, Manizales y Armenia..



EL TRABAJO, UNA RELIGIÓN. .El trabajo en la época era una religión y todos los fundadores debían laborar gratuitamente en la construcción de caminos, escuela, Casa Consistorial y en general en todas las obras públicas. Por eso, la población fue construida y moldeada colectivamente por todos los habitantes materializando el patrimonio público y propiciando el sentido de pertinencia e identidad; además cuando se trabajaba solidariamente, nacían relaciones de confianza y solidaridad espontáneas y sinceras entre la comunidad; esta condición facilitó el surgimiento de una institución llamada Fianza para Guardar la Paz, por la cual media población le servía de fiador a la otra media y no era por asuntos de dinero, pues cuando dos vecinos se “mostraban los dientes” queriendo reñir, el alcalde los convocaba a la alcaldía, cada uno llevaba un fiador que se  comprometía y garantizaba que su pupilo o la persona a quien estaba avalando no iba a atacar a su rival; Si la agresión se efectuaba, el fiador pagaba con multa o con cárcel, “pagando lo que no se había comido”. Pero así eran las cosas en nuestra ciudad en el siglo XIX y eran los ciudadanos quienes mantenían en su condición de fiadores el orden interno y la paz interior.

En losprimeros años de la fundación y particularmente en épocas especiales como fiestas, el alcalde nombraba por decreto a varios ciudadanos que oscilaban entre 15 y 20) para que cumplieran la función de policías y mantivieran el orden; nadie se negaba y era una obligación que se asumía con decoro y seriedad. Esta costumbre se extendió hasta 1925 cuando se inauguró en la ciudad el ferrocarril, aunque en esa época ya existíaun cuerpo profesional de policía    .


Con el producto del peaje que se pagaba por el paso sobre el río Otún, se financiaba la educación.
 
LA EDUCACIÓN. Los fundadores de la ciudad . cuando se avecindaban en la aldea, firmaban un acta por el cual se comprometían a trabajar en las obras públicas en forma gratuita, esto se llamó el Trabajo Personal Subsidiario y tenían el derecho a recibir en el campo hasta 60 fanegadas de tierra por familia y en lo que sería la parte urbana se les concedía un predio de aproximadamente 25 metros de frente, por 50 de fondo para edificar la respectiva vivienda.

 Como el Estado entregando las tierras  no aportaba nada más, los fundadores debían procurarse las rentas necesarias para atender las necesidades de la población como   la construcción  de la escuela y la cancelaciòn del sueldo del maestro y para obtener los referidos recursos en 1852, 77 santarrosanos dirigido por el sacerdote José Ramón Durán de  C. construyeron un puente sobre el río Otún; aunque el techo era de paja, era casi una réplica del puente de Santana que la actual administración salvó de su destrucción. Los transeúntes debían pagar un peaje por el puente sobre el Otún y el dinero se invirtió en la construcción de la escuela y la cancelación del sueldo al profesor de la escuela, quien era el único que entonces ganaba un salario, dejando así la semilla para que germinara el valioso potencial educativo, una de las fortalezas de la ciudad de hoy.


Histórico puente de Santana, muy similar al construído por los sanatarrosanos en 1852 sobre el río Otún aunque éste último tenía el techo de paja.

 LOS EXÁMENES. La educación era muy exigente y todas las autoridades y l apoblación en general podían seguir el avance de los niños, pues los exámenes eran públicos: 

En diciembre de 1869 repicaban las campanas de la iglesia a las 9 a.m. anunciando la iniciación de uno de los dos exámenes escolares que se hacían al año. Los examinadores eran el sacerdote, todos los integrantes del Concejo, el juez y el Procurador y la iglesia se llenaba con la asistencia de los padres y hasta algunos turistas cuando las pfruebas coincidían con "los regocijos públicos".

Los jurados evaluaban las respuestas con bolas blancas y negra; calificaban con las expresiones "muy bién", "bién medianamente" y "muy malo". El padre Durán preguntaba el Padre Nuestro, Los Sacramentos, Las Obras de Misericordia y hacía persignar a los alumnos. Se usaba la pizarra y las bancas de arena para efectuar las cuatro operaciones, ejercicios con números quebrados, complejos y decimales; en urbanidad, se indagaba como debía ser la voz cuando se trataba con personas de respeto, en citolegia, los deberes del hombre con la sociedad, la familia y consigo mismo. También eran objeto de exámen Los Derechos del Hombre y la División Política de América. La agotadora jornada terminaba a las 3 de la tarde.  
Los ingresos que produjo el puente sobre el río Otún fueron más tarde arrebatados a la aldea y transferidos arbitrariamente a la Provincia del Cauca, hecho que generó la ira de los santarrosanos que suscribieron una sentida proclama de protesta por el inicuo despojo. Sin embargo, como hombres de acción y empuje, muy pronto dejaron el duelo y la indignación y de unieron con Félix de La Abadía y Villamaría para construir el camino que unió a Antioquia con el Cauca. Esta obra fue la primera gran empresa que se creó en el departamento y en el Estado del Cauca y generó grandes beneficios a la región, aproximadamente hasta 1926  cuando enpieza a  funcionar la carrretera a Pereira y luego el ferrocarril que aumenta la oferta en el trasporte desde 1930 aproximadamente. El viajero que pasaba por el camino pagaba un peaje y el dinero se repartía por partes iguales entre los socios. Santa Rosa invertía esta renta en educación, para reemplazar el ingreso que había perdido cuando la provincia le confiscó el peaje del puente. 

 
La priera iglesita se construyó más o menos donde hoy se erigen la papelería Cauca y la Casa de Recepciones los Fundadores. Luego a partir de 1870, la ciudad tuvo un replanteamiento arquitactónico y se selecccionó el espacio para la plaza ( el mismo que ocupa hoy),se empieza a construir el nuevo templo y enla parte norte de la plaza simultaneamente se inician los trabajos para hacer la alcaldía , lllamada entonces Casa Consistorial.La imágen corresponde al parque de Colón en 1917, que luego, en 1930 se transformaría en la Plaza de Bolívar.


LA FE.Los colonos tenían muy arraigados sus principios religiosos. Todos los actos administrativos del alcalde, como resoluciones y decretos terminaban con la expresión DIOS Y PATRIA. A pertir de 1846 llegó el primer sacerdote de la ciudad el padre Josè Ramón Durán de Cázares, quien no sólo fue el Pastor de Almas sino que se convirtiò en el líder de la aldea, para propiciar su progreso; era músico, le encantaba perderse por épocas para ir a buscar guacas a las montañas, lo que provocaba las quejas de algunos vecinos que se sentían huérfanos espiriualmente. Su caráter era fuerte, pues más de una oportunidad amenazó a un parroquiano con excomulgarlo o no dejarlo entrar al templo en la Fiesta del Corpus Cristy que se celebraba con gran devoción y solemnidad. 


Al terminar la guerra que promovió Tomás Cipriano de Mosquera entre 1859 y 1862, obligó a los sacerdotes a solicitar la autorización a las autoridades civiles para ejercer su ministerio, como símbolo de subordinación del clero al gobierno civil , pero Durán de Cázares no aceptó la imposición y como lo ordenaba la ley de Tuición de Cultos expedida por Mosquera, el sacerdote fue expuldado en 1863 al Ecuador. por Tomás Rodríguez, un inspector pues Santa Rosa habìa sido degradada por Mosquera a aldea por no ser de sus simpatías.Cuado regresó, las tensiones entre las autoridades civiles y religiosas se hicieron más tensas y extallaron en 1872, cuando el alcalde Avelimo Osorio ordenó que el día de mercado se hiciera el domingo y el sacerdote no estuvo de acuerdo porque de acuerdo con su opinión el domingo se debía santificar como lo ordenaban los preceptos bíblicos y propuso el sábado para ello, como consecuencia del referido antagonismo, los primeros campesinos que sacaron a la plaza sus productos el sábado fueron abaleados el saldo fue un muerto y varios heridos. Como consecuencia del trágico hecho., el sacerdote se retiró a Cartago. Allì murió.    

LA ENTREGA DE TIERRAS. Santa Rosa de Cabal fue la población que más tierras recibió en el siglo XIX, recomociéndose así su privilegiada posición y su trascendental misión de ser cabeza de playa para dinamizar una región con un invaluable potencial económico. En el decreto de fundación expedido por el presidente PEDRO ALCÁNTARA HERRÁN se le otorgaron 12000 fanegadas; 200 para el área urbama y el resto para concederlas a los colonos; como muy pronto se distribuyeron los predios por la afluencia de vecinos, hubo necesidad de otorgar otras 12000 fanegadas más y en 1863, se completó el proceso cuando la Convención de Rionegro concedió 24.000 hectáreas más.

Los fundadores sembraron inicialmente, productos que pudieran cosechar en corto tiempo como fríjol y en especial el maíz. Como al consumir el maíz quedaba un ex cedente imposible de comercializar por que no habían pueblos cercanos., se empleaba en la alimentación de las aves de corral  y en los cerdos hecho que explica el calificativo de hueveros que tienen los habitantes de la ciudad y el record mundial del chorizo que obstenta Santa Rosa. 

SANGRE, SUDOR Y LÁGRIMAS. La vida de los habitantes de la aldea en el siglo XIX, no transcurrió en un lecho de rosas, periódicamente una plaga de langostas, devoraba las cosechas y el pasto alimento del ganado, afectando las pocas reses existentes y en promedio cada diez años se desataba en el país una guerra civil que alteraba el orden social basado en el trabajo colectivo, la construcción cooperativa del patrimonio público y las relaciones de confianza. 

En 1859 escribía el alcalde Francisco Monroy:" febrero 16 informo a esta gobernación lo siguiente: 700 pobladores poco más o menos, incluso en estos , los mayores de 21 años y mujeres viudas y solteras con excepción de los consortes de aquellos , hay en este distrito su frecuente ocupación es trabajar en las montañas como ocupación en industria agrícola hace sentir de día en día la suna trascendencia de este lugar y la atracción de otros vecinos, puesto que del Estado de Antioquia se hallan alistados más de 50 familias para trasplantarse a este Distrito en razón de que aquí  se pueden tener una completa posibilidad de garantías como en sus propiedades y para que se les de a cada uno la porción de terreno que por tal hecho la ley les otorga para cultivarlos y tener de el nuevos artículos y vivir por condiguiente apartados de las penurias que nuchas veces por la desidia al trabajo y a una ocupación de provechosa utilidad los aflige y pone en amargor su situación"  

El siglo XIX , fue dramático para los santarrosanos y en general para toda Colombia, pués cada diez años había una guerra civil con horrendas consecuencia para la población: confiscaciones, impuestos, reclutamientos forzados, alteración del orden  represalias para quien no apoyaba el conflicto, ocupaciones del pueblo por ls ejércitos en contienda y persecusiones para los perdedores, una vez acababa la confrontación,

 En el referido año, las tensiones se habían acumulado y el volcán estaba a punto de estallar. Tomás Cipriano de Mosquera, Gobernador del Estado del Cauca, se preparaba para rebelarse contra el Presidente Mariano Ospina Rodríguez y mediante la ley 81 del 11 de octubre de 1859 dividió la Provincia del Quindío en 4 distritos: Cartago, La aldea de María , Toro y Riosucio. Santa Rosa perdió su calidad de distrito y a pesar de las quejas de sus habitantes para que no se "refundiera" con la aldea de María, fue rebajada de categoría y relegada a depender administrativamente del disrito que hoy es Villamaría.
Y a guerra estalló destruyendo la idíllica imágen que el alcalde Francisco Monroy había descrito en la carta transcrita :  

El 3 de noviembre de 1859 el alcalde recibe una carta del Poder ejecutivo del Estado del Cauca,  " invitando" a los ciudadanos de la aldea a hacer "voluntariamente" un empréstito al Estado  quedando exentos de hacer una nueva contribución forzosa durante el período fiscal. En el mes de diciembre se impone un empréstito a los habitantes de la ciudad y los términos eran intimidatorios, tanto para los conminados a pagar como para el alcalde pues se hacía la salvedad que " ...el individuo que no consignara en el acto el dinero sonante lo remitirá con las seguridades necesarias y sin admitir fianza.Ud en calidad de alcalde será directamente responsable por la falta de cumplimiento de ésta ordfen, bién entendido que sí la cantidad no está aquí dentro del término señalado será usted reclutado y remitido al cuartel general de la primera división. La amenaza de embargo de los ganados y propieddes también pesaba sobre la población y la declaratoria de ser enemigos del Estado, por no acceder a las exigencias del gobernador Tomás Cipriano de M.  

Entre diciembre de 1859 y enero de 1860, CARRILLO un intendente al servicio del Presidente de la Nueva Granada atacó las fuerzas de MOSQUERA en Cartago y el norte del Estado y aunque al principio obtuvo algiunas victorias abatiendo al general MURGUITIO, quien había sido uno de los héroes de la Independencia, muy pronto Mosquera controló la situación, venció a CARRILLO y pasó a tomar la iniciativa en la guerra. El 4 de marzo de 1860 seconmina a todos los varones habitantes de Santa Rosa de 18 hasta 50 años a presentarse ante el alcalde con un arma sino lo hacen así SERÁN CONSIDERADOS HOSTILES Y ENEMIGOS DEL ESTADO DEL GOBIERNO LEGÍTIMO DEL CAUCA Y APERCIBOS COMO TALES PARA SER JUZGADOS.

El 17 de mayo de 1860 el corregidor CARLOS ÁLVAREZ  y los habitantes de Santa Rosa, ya degradada, reciben comunicación del régimen de Mosquera anunciando que desde el 8 del citado mes el Estado Soberano del Cauca se había declarado independiente y separado de la Nueva Granada. La noticia se leyó ante toda la población por bando y se agregaba, además que todos los funcionarios debían firmar una declaración donde en forma expresa se comprometía a respaldar la decisión y garantizar fidelidad al Cauca. 

 
En el momento en que se inició la guerra civil el país tenía el nombre de la Confederción Granadina y al finalizar el conflicto se llamó Estados Unidos de Colombia.


Entre mayo y agosto, las fuerzas de MOSQUERA avanzan hacia Manizales para atacar las fuerzas antioqueñas que constituían un poderoso bastión del gobierno del Presidente MARIANO OSPINA RODRÍGUEZ y aunque no pudo vencerlas logró hacer un armisticio que se conoció con el nombre del TRATADO DE LA ESPONSIÓN. El tránsito del referido ejército por la población de Santa Rosa se puede seguir cuando vemos las confiscaciones que sufrieron los habitantes.    

Mientras tanto, la situción del corregidor era angustiosa, las  ordenes de los líderes eran perentorias y difíciles de cumplir  en una aldea donde sólo reinaba la pobreza: " el 4 de mayo la Segunda y Tercera División del ejército estarán en esa población, usted garantizará víveres y alojamiento para 2.000 hombres y deberá reunir 10 hombres patriotas decididos por la causa con la velocidad del rayo.." Además tenía autorización para ordenar brigadas que se desplazaban a las poblaciones vecinas por donde no pasaban las fuerzas militares, como Palestina y San Francisco ( hoy Chinchiná), expropiando ganados, panela, sal, sembrados de maíz y todo cuanto fuera útil para abastecer a los ejércitos.

En su ruta hasta Manizales, las fuerzas de Mosquera dejaron una estela de expropiaciones; algunas de ellas las consignamos aquÍ remitidas por el corregidor CARLOS ÁLVAREZ, buscando después alguna indemnización expresando relacionar " los daños a ESTA TRISTE ALDEA O A SUS VECINOS DURANTE EL TIEMPO DESDE EL 22 JUNIO HASTA LA FECHA A CONSECUENCIA DE LOS MOVIMIENTOS BÉLICOS . LAS RESES QUE SE DESPROPIARON  (SIC) DESDE AQUEL TIEMPO A LOS VECINOS CON INCLUSIÓN DE DICHAS RESES, LOS DAÑO SY PERJUICIOS ASCIENDEN A LA SUMA DE 2.540,40 ."

Los peritos establecieron los daños y el nombre de los afectados: JOSÉ T. RODRÍGUEZ: 35 fanegadas de maíz, tejas y ladrillos destruídos, un marrano, varios daños a la casa TOTAL 103; JULIÁN MORA: una escopeta, valor producto de las salinas de Campoalegre total 82,80; EMIGDIO BUITRAGO (fundador de la ciudad) : una res y fanegadas de maíz valor 28,80; JOSÉ M.GARCÍA: una res , almudes de maíz y víveres; el sacerdote JOSÉ RAMÓN DURÁN DE CAZÁREZ : 16 fanegas de maíz a raon de 2 pesos la fanega total 32; BENITO BURTICÁ: 4 RESES suministradas a las fuerzas 60 pesos, una fanega de maíz 6, total 66; JOSÉ TOMÁS RODRÍGUEZ, quien a pesar de ser aliado de Mosquera también fué víctima de las circunstancias se le expropiaron 25 fanegas de maíz a razón de 2 pesos fanega, tejas y ladrillos destruídos 20 pesos, un marrano 8 pesos y varios daños hechos en la casa total 105 y así se van enumerando los daños y los afectados hasta llegar a la suma indicada por el corregidor de 2.540, 40.

 
Mientras se desarrolló la guerra, Mosquera se autoproclamó Supremo Directos de la Guerra y en su paep de reformador empezó a cambiarle el nombre a la Confederación Granadina y una vez expedida la Constitución el país tomó el nombre de Estados Unidos de Colombia.


MOSQUERA venció en esta guerra y la Convención de Rionegro lo proclamó Presidente de Los Estados Unidos de Colombia y expidió la Constitución de 1863, estableciendo un régimen federal con 9 Estados independientes y separando la Iglesia del Estado obligando a los sacerdotes a pedir autorización a las autoridades civiles para ejercer su ministerio, hecho que produjo una confrontación con el sacerdote de Santa Rosa que ya contamos en el presente resúmen.    

 
    

jueves, 3 de octubre de 2013

Charles Garnier y Luis Lepineux


Charles Garnier, vendía las repollas y las bananas con forma y color de cucaracha-

Inmigrantes en Santa Rosa de Cabal.

CHARLES GARNIER ELUIT Y LUIS LEPINEUX, DOS EUROPEOS QUE ENDULZARON  EL PALADAR DE LOS SANTARROSANOS EN 1.935.

Por Jaime Fernández B.





Llegaron de Francia con muchas ilusiones y pocos bienes, buscando la anhelada paz que no encontraron en su suelo natal; sin embargo, traían entre sus precarios bártulos, la fórmula para fabricar los confites del Viejo Continente con la cual esperaban abrir las puertas de la fortuna.

Pila que adornaba el parque de Colón en 1926.


Llegaron cuando promediaba la década del 20; en ese entonces en donde está  hoy  la plaza de Bolívar, se erigía el parque de Colón y una hermosa pila, hoy orgullo de Manizales, engalanaba el  recinto donde también se realizaba el mercado público. Charles Garnier Eluit, había nacido en Reims, departamento del Marne el 4 de febrero de 1884, y llegó a la ciudad en 1.926; era delgado, frágil y pequeño de estatura. Muchos de los extranjeros que pasaron por nuestra localidad cambiaron de domicilio y buscaron otros horizontes; no fue el caso del inmigrante galo, pues decidido a echar raíces en la ciudad, muy pronto se casó con Mercedes Ríos. Se hizo famoso entre los niños, por que matizaba sus ventas tocando el acordeón y por la diversidad de golosinas que expendía en uno de los toldillos o ventorrillos que se levantaban en la plaza el domingo, entre los cuales se destacaban las exquisitas repollas, cuya fórmula se llevó a la tumba, constituían  un exquisito manjar de forma redonda con una generosa porción de crema o mermelada amarilla en su interior y recubierta exteriormente con una especie de hojuela de harina; saben a “rechupete” decía el santarrosano al probarlas, relamiéndose con fruición, mientras el amable confitero promocionaba su producto exclamando en un chapucero español: “ con una prueba, con dos se ceba y con tres a su casa lleva”. Complementaba su dulce buffet con las cucarachitas, bananas cuya forma y color del desagradable bicho en nada desmotivaba a los pelafustanes de entonces para consumirlas con voracidad y además, preparaba un tipo de barquillo con ariquipe en su interior.


Luis Lepineux
Luis Lepineux había nacido en mayo de 1876, en Montlucon, también era de baja estatura aunque de cuerpo grueso; fue catalogado por las autoridades de la época como un ciudadano correcto y trabajador y si para su coterráneo Garnier la joya de la corona eran las “repollas”, él se ufanaba al ofrecer “las paciencias” delicadas galletas para paladares exquisitos a dos centavos la unidad. En su maleta de viajero que desplegaba en la calle, llevaba también las chupetas, un dulce de forma cónica de vivos colores engastado en un palillo que le daba al sabroso bombón la forma de una vistosa asta de bandera. Todo indica que Lepineux, aunque se insertó en nuestro medio, no soportó la soledad ni las barreras culturales que inconscientemente laceran el alma del foráneo y una tarde, por los lados del puente en la Argelia en inmediaciones de la carrilera, se descerrajó un tiro en la sien. La sangre, como un imagen propia del realismo mágico, manchó su único patrimonio: la maleta; el fluido carmesí entró por las múltiples oquedades del raído cuero y se mezcló con sus policromados dulces en una  postrer caricia a su amable creación,  con la cual soñó conquistar a América.

La historia de una mujer que se escribió en el agua



La historia de una mujer que se escribió en el agua.

En 1.863, una vez culminada la revolución propiciada por Tomás de Cipriano Mosquera, se determinó la separación total de la Iglesia y el Estado, consagrándose además, el régimen federal conformado por ocho Estados autónomos. Las consecuencias de los radicales cambios se sintieron en todo el territorio nacional: los feligreses  de Santa Rosa de Cabal, una pobre aldea ubicada en el Estado Soberano del Cauca, vieron consternados como José Ramón Durán de Cázares, el sacerdote que casi desde la fundación se había convertido en el líder espiritual y natural de la aldea, salía hacia el Ecuador, exiliado por no aceptar el imperio ni las condiciones exigidas por el gobierno para ejercer su Ministerio.,” Por encima de mi sólo está Dios y el cumplimiento de la ley Divina no acepta imposiciones del gobierno civil, temporal e ilegítimo”, dijo, y emprendió su largo éxodo hacia las tierras del sur. Sin embargo, no sería el único incidente que conturbaría a los habitantes del pueblo.


Bucólica escena diglo XIX
En 1872 los habitantes de Santa Rosa de Cabal, sufrieron de nuevo en carne propia las tristes consecuencias de las divergencias generadas por la Constitución Federal expedida  en Rionegro e inspirada en el ideal de Mosquera que determinó la separación total de la Iglesia y el Estado.El 24 de marzo las tensiones represadas por las reformas explotaron cuando un grupo de comerciantes fueron abaleados por orden del alcalde Avelino Osorio, quien mediante un acto administrativo había impuesto el domingo para realizar el día de mercado, en abierta contradicción con el criterio del sacerdote; el levita ya había regresado del exilio y exigía la santificación del referido feriado. El sangriento lance dejó un muerto y varios contusos, la salida sin gloria del sacerdote Ramón de Cázares y una herida moral que tardaría muchos años en cicatrizar.

Pero bajo este tenso contexto se desarrollaba otro conmovedor drama: la batalla jurídica de una humilde mujer llamada EUSEBIA JOAQUINA HERRERA, para romper el “yugo conyugal”, recobrar su dignidad  libre del ignominioso trato brindado por su cónyuge en momentos en que las normas civiles le negaban a la mujer capacidad para asumir compromisos y obligaciones, sin poder actuar legalmente por sí misma, ni comprar ni vender sus bienes, ni viajar sin permiso del marido quien era el representante y jefe de la sociedad conyugal. Además el matrimonio, antes que una institución civil era un “mandato divino” indisoluble sólo con la muerte.  

Y todo el aparato legal y eclesiástico estaba estructurado para preservar el orden establecido bajo las condiciones de sumisión de la mujer y preservar el matrimonio:
Por ejemplo, en el referido año, el Jefe Municipal del Quindío, le exigía al alcalde la remisión de dos personas para alistarlos en las filas del ejército y las normas facultaban al funcionario para capturar preferiblemente a quienes violaban el sacramento, sin importar su rectitud y buena disposición para el trabajo.  La respuesta del alcalde de Santas Rosa fue la siguiente: “ le envío dos hombres capturados para el contingente: el primero está en el caso 7, es un hombre casado, tiene abandonada a su familia en Antioquia y vive amancebado públicamente con mujer casada y el segundo es un hombre soltero, se trajo de Antioquia una mujer casada la que para seguirlo dejó abandonada a su familia y bien habitando un lugar bajo el mismo techo, nada hay que decir de su laboriosidad y honradez en el pago y debo.”

Pero en el marco de una sociedad machista, las condiciones para la mujer eran más difíciles siguiendo un determinismo casi universalmente aceptado por todas las culturas, credos e ideologías que con algunas variantes coincidían con el milenario código de Manú que estipulaba:“ las mujeres durante su infancia dependen de sus padres, durante su juventud del marido. Cuando viuda, de sus hijos; y si no los tiene de sus parientes más próximos del marido, y si no los tuviera del Soberano, porque su mujer jamás debe gobernarse a su guisa.”
Cuando los límites de la tolerancia y la resignación se desbordaban obligando a una mujer a abandonar a su opresivo marido, éste, esgrimiendo los privilegios legales otorgados por la potestad marital, hacía la respectiva denuncia ante el alcalde del distrito, quien, sin pérdida de tiempo, el orden social estaba amenazado, oficiaba al funcionario en cuya jurisdicción se había radicada la esposa. Como había reciprocidad en casos semejantes, la acción de “la justicia” se ponía en marcha. Así se colige de una denuncia instaurada en 1872 en la ciudad, cuando el alcalde le escribe al corregidor de Palestina requiriéndole la remisión de una mujer que ha dejado de cumplir con sus agrados compromisos para con su marido. “ Noviembre. Señor Corregidor de la Aldea de Palestina. El señor José María López, presentó al infrascrito impetrando su auxilio para recuperar a su esposa o su señora Mercedes María Montes por haberse ido ésta de la casa en que la tenía en el sitio de Italia, cuya fuga efectuó hace más de un mes y como se sabe que dicha Marín se encuentra en la jurisdicción de su mando en casa de José Carmona y teniendo en cuenta que el artículo 42 de la ley 148 del Estado del Cauca, sobre policía dispone que los empleados de policía procederán sin demora a practicar las diligencias  convenientes para buscar y aprehender a la persona fugitiva, me dirijo a usted para que proceda a aprehender y remitir a mi disposición a la citada Marín con las seguridades del caso, para entregársela a dicho López.

En la època de los acontecimientos narrados las casas eran de paja.

La misión se cumplió con la celeridad que exigía “la protección de la moral y las buenas costumbres seriamente amenazadas por estos hechos” pues el alcalde local envía un recado al corregidor de Palestina anunciándole que han dejado a su disposición a la mujer, quedando la alcaldía muy reconocida de la actividad y desempeño y de su autoridad en la comisión que se le delegó y le ofrece reciprocidad en casos semejantes.” La esposa era interrogada en el despacho del alcalde y si no quería volver con su marido, se encarcelaba por unos días y luego se le entregaba “en depósito”, a un ciudadano de “reconocido abono e integridad moral para que se hiciera cargo de ella, hasta que la justicia decidiera el impasse.


LA MUJER EN CASA Y CON LA PATA QUEBRADA.Música espejo y ventana no caben por la mañana, refranes como los referidos refrendan las rígidas condiciones de la mujer en nuestro medio en el siglo XIX; por eso la gesta emancipadora de EUSEBIA JOAQUINA HERRERA tratando de romper las anacrónicas e injustas condiciones que la sociedad de entonces le impuso a la mujer por medio del matrimonio, negándole derechos y relegándola a ser niñera, sirvienta y recipiente sexual merece ser escrita en el mármol y no “en el agua”.
El histórico proceso se inicia el 24 de enero de 1872, cuando GUMERSINDO BUITRAGO, esposo de EUSEBIA JOAQUINA demanda ante la alcaldía de Santa Rosa mediante un memorial expresando. “ Hace 19 años contraje matrimonio con EUSEBIA JOAQUINA HERRERA y en el curso de 8 años ella no se sujetado a la vida conyugal , separándose de mí repetidas veces sin motivo, abandonando sus obligaciones matrimoniales. He observado con ella una  conducta justa y cumplido mis obligaciones sin que se me haya podido atribuir ninguna falta grave que le sirviera de pretexto a ella para haber abandonado su casa, su esposo, su familia. En varias épocas que la he retornado ha sido obligada por el señor alcalde a volver a la casa de su marido a quien le ha sido entregada y ha vuelto a fugarse abandonando a sus hijos para vivir , causando en la sociedad el escándalo más vergonzoso que pueda imaginarse, éste es el de habitar en compañía de otro hombre a la vista del público en una misma casa, del mismo modo que pueden vivir el hombre y la mujer que son casados entre sí, dando por este hecho mal ejemplo a sus hijos y a la sociedad .
No siendo justo, ni razonable, ni permitido por las leyes que ella continúe observando conducta tan reprensible ni ese sistema de vida, sin que por el contrario manifieste el exponente su deseo que ella observe una conducta arreglada en todo al cumplimiento de sus obligaciones matrimoniales, pido al señor alcalde, haga comparecer a su despacho a la esposa para que oída respecto a los cargos, que ella no podrá desvanecer , se me entregue obligándola a vivir conmigo y a SUFRIR LA PENA DE TRES DÍAS DE ARRESTO en la cárcel del distrito de acuerdo con lo estipulado con el artículo 48 de la ley 178 del 10 de septiembre de 1865 sobre policía y pido sea obligada a prestar caución de buena conducta dando fianza conforme a la ley, debiendo permanecer en la cárcel hasta que un ciudadano se comprometa a garantizar y prestar caución por su buena conducta.
Firma ante el alcalde José María González V. el denunciante Gumersindo Buitrago.
 
La aldea de Santa Rosa unos 18 años despuès del juicio de Eusebia Joaquina Herrera.

Los cargos tenían un gran peso jurídico y se hacían a una mujer que carecía de estudios hasta tal punto que no sabía leer y escribir, todo hacía suponer como era la costumbre de la época teniendo en cuenta las adversas circunstancias en contra de la mujer, que EUSEBIA JOAQUINA HERRERA se allanaría a los cargos y aceptando el triste sino que pesaba sobre la cerviz de su género regresaría sumisa a continuar recibiendo las humillaciones habituales para ella y ancestrales para su género.

Pero EUSEBIA JOAQUINA tenía casta de pasioanaria y herencia libertaria ; se negó a firmar la citación para acudir al despacho del alcalde, respondiendo “no obedecer dicha orden, porque a nadie le debo nada”, hecho desafiante teniendo en cuenta que el autoritario burgomaestre era entonces, un Rey sin corona.
Bajo la perentoria orden del alcalde de hacerla presentar haciendo uso de la fuerza si fuere necesario, EUSEBIA JOAQUINA acudió a la Casa Consistorial , todavía en construcción para hacer valer las razones que justificaban su conducta.

Aceptó haber contraído nupcias hace 19 años con BUITRAGO y hacía 8 se había ido a residir a casa de Fernando Muriel, cuando fue abandonada con su familia, afirmando no haberse separado de BUITRAGO pues QUE SIEMPRE DONDE LA HA DEJADO, LA HA ENCONTRADO y con su Trabajo ha ganado su subsistencia porque su esposo, contrario a lo aseverado en el libelo acusatorio, ha sido muy cruel con ella, abandonando el hogar y si bien es cierto que su esposo la ha reclamado varias veces, ningún alcalde la ha obligado a vivir con él. Luego, comienza a mostrar sus cartas desnudando las falacias del acusador, al afirmar con seguridad que NO LE HA CONOCIDO NI LE CONOCE CASA A SU MARIDO por lo tanto es falso su abandono de hogar.

En el transcurso del interrogatorio el alcalde solemne y autoritario y en trance de develar la responsabilidad de la acusada, pregunta : ¿Es cierto que habita en compañía de un hombre que no es su marido, bajo un mismo techo? La respuesta fue tajante y sorprendente además por alguien que debía sentirse acorralada por las adversas circunstancias, pues con algo de ironía y desafío  observó: “ no señor alcalde, no vivo con un solo hombre, vivo con muchos hombres… , una vez vio la cara de contrariedad del interrogador , complementó. “ vivo con muchos hombres porque alimento numerosos peones en la finca con mi hijo Roque Marín.”
La diligencia termina, el alcalde señala el término para que las partes presenten las pruebas y los alegatos pertinentes y remite el proceso al Ministerio Público . Mientras transcurre el proceso, la acusada HERRERA es entregada en “depósito” en casa y a cargo del señor José María Gómez,“ciudadano de reconocida honorabilidad y abono”
Mientras permanece la acusada a cargo de un tercero comienza a manifestarse el espíritu santanderista de la época,manifestado en la falta de decisiones oportunas invocando leguleyadas que retardan el proceso. El procurador, aduce que las diligencias practicadas están descarnadas pues no se ha comprobado que la pareja esté legalmente casada, aunque la susodicha Herrera lo confiesa expresamente, pero dicha confesión no tiene el mérito que exigen las leyes pues se produce en un proceso de policía y no criminall o civil; exige además que se deje constancia del depósito de la acusada, hecho que se verificó el 3 de febrero de la siguiente forma.
“ El 3 de febrero de 1872 se presentó el señor JOSÉ MARÍA GÓMEZ ante el señor alcalde y bajo juramento prometió cumplir los deberes de su encargo y en consecuencia expresó que desde el el día 28 de enero tiene en su casa en depósito a EUSEBIA JOAQUINA HERRERA por orden del señor alcalde, aceptó y continúo en mi desempeño hasta que determine la autoridad. José María Gómez.


MUJER TÓRTOLA Y GATO, CUAL MÁS INGRATO.Buitrago dispuesto a prolongar a su mujer en el infamante depósito y con la posibilidad de confinarla a manera de escarmiento, venganza e intimidación en la cárcel de la aldea compartiendo el cepo con las mujeres de vida alegre y otros exponentes de la delincuencia de la época, desplegó sus más arteras prácticas rabulescas para demostrar la responsabilidad de su esposa. En la práctica de pruebas solicitó la declaración de tres testigos; sus declaraciones, refrendaban los presuntos incumplimientos de los deberes conyugales de EUSEBIA JOAQUINA “ quién encarnaba aquellas máculas que lasociedad de bien rechazaba y su indolencia y wel desprecio por el orden social.

La independencia de EUSEBIA JOAQUINA HERRERA y su resistencia a no aceptar malos tratos de su esposo, la indujo a trasegar por Antioquia y Cauca buscando el sustento para sus hijos


Se infería de los testimonios que la acusada se había separada de hecho y caprichosamente de su consorte, abandonándolo en repetidas oportunidades y cuando los alcaldes, respondiendo “al justo reclamo del marido” la apresaban para obligarla a regresar al hogar, volvía a fugarse, desafiando indolentemente el orden establecido. Se constató que vivió en el Manzanillo en casa de Fernando Muriel  “bajo un mismo techo con un hombre que no era su marido y con quien recorrió  varios pueblos de Antioquia, permaneciendo juntos, generando rechazo y escándalo con esta relación en pueblos como Manizales, Riosucio y Medellín “.En esta última ciudad, Eusebio Buitrago, siguiéndola como una sombra, aplicando elrefrán propio de la época “A LA MUJER CASTA, CON SU MARIDO LE BASTA” invocó sus derechos maritales y habiendo demostrado su conducta contraria a todas las prescripciones morales y al cumplimiento de sus deberes conyugales dándole malejemplo a sus hijos y dejándolesadquirir hábitos de inmoralidad y corrupción, promovió un proceso de policía que culminó con pena de reclusión en contra de la Herrera y por algunos meses compartió el presidio con “la hez de la escoria social”. A pesar de todo, no se corrigió, dice Buitrago, sino que ha continuado con su obstinación de vivir separado de su marido y en compañía de Fidel Muriel, hombre que se ha constituido en el “fetiche de su adoración”.


El prontuario crecía, nutrido por el obsesivo esposo y sus asesores legales. “ 19 años llevaba de casada, faltando en sus obligaciones en los últimos 8 años, llegando al extremo de tener dos hijos con Muriel, desafiando el orden moral, jurídico y religioso.
Las evidencias y la realidad legal y formal no le dejaban otro recurso para abreviar su situación que seguir la suerte de sus congéneres y allanarse a los cargos, sufrir el castigo en la prisión y volver dócil y sumisa a aceptar el imperio de su marido. La rebeldía, la independencia y la defensa de la dignidad  se convertían en un prontuario que “la sabiduría popular” había condenado con la expresión “MUJER, TÓRTOLA Y GATO , CUAL MÁS INGRATO”.


PERO DONDE MENOS SE ESPERA, SALTA LA LIEBRE.Se ha dicho peyorativamente que la fuerza hidráulica más poderosa del universo, son las lágrimas de una mujer, minimizando con esta expresión su capacidad creadora, su temperamento y el valor. Pero, JOAQUINA HERRERA, era la encarnación de la “ Madre Coraje, dispuesta a no dejarse avasallar por loe prejuicios e injusticias instauradas por  el orden establecido, Civilización lo llamaban entonces, desplegó, a pesar de no saber leer y escribir una bien argumentada defensa, esgrimiendo pruebas que en su momento, dejaron a las autoridades administrativas inmersas en el dilema de hacer verdadera justicia o conservar la autoridad, el imperio del hombre y debilitar el orden social.
El día 2 de febrero acude JOAQUINA HERRERA a desvirtuar los cargos, solicitando inicialmente se exhorte al corregidor de San Francisco, hoy Chinchiná, para que cite a declarar a un grupo de personas , entre ellos el sacerdote de la aldea, como testigos del ultrajante tratamiento recibido durante su relación con su marido. Para ello aportó un preciso cuestionario, el alcalde efectuó el exhorto, lo envió a San Francisco y quedó a la espera de la respuesta. Mientras tanto, la mujer continuaba con las alas rotas, sin libertad de movimiento, confinada en la casa y a las órdenes de un extraño, como eran los lineamientos del infamante “depósito”,

El 3 de febrero, y después de solicitar autorización a su “depositario”y con “un as escondido bajo la manga”, acude de nuevo al despacho del alcalde para exhibir y hacer reconocer la firma estampada en un revelador documento, que hizo palidecer a BUITRAGO y que sin ningún tipo de  duda derrumbaba el andamiaje de mentiras y falacias con las cuales había construido su acusación y en forma solemne y segura, expresó:” en el temerario juicio que contra mí se me sigue, dejo la prueba para comprobar que no me he fugado de la casa y solicito que GUMERSINDO BUITRAGO bajo la gravedad de juramento exponga 1°, si la firma que aparece al pie del documento que se adjunta es de su puño y letra 2° si el documento fue otorgado con escritura de que yo  JOAQUINA HERRERA  entrase en la libre administración de sus bienes 3° Si por la autorización en ese documento, EUSEBIA JOAQUINA HERRERA tiene la libertad de andar libremente por ser administradora de sus bienes 5° Cual es la casa que Gumersindo me ha proporcionado para vivir y de la cual me he fugado,
Una vez presentado el documento al alcalde ANSELMO DE LEÓN, toma declaración al querellante Gumersindo Buitrago, quien ante las evidencias reconoce la firma en el citado documento cuyo tenor era el siguiente:

“GUMERSINDO BUITRAGO y EUSEBIA JOAQUINA HERRERA, casados en legal matrimonio y creyendo difícil conservar la paz doméstica, hemos pactado el siguiente arreglo: GUMERSINDO BUITRAGO confiere a E JOAQUINA HERRERA el poder especial para que tome por su cuenta la libre administración de sus bienes sin perjuicio de sus derechos que sean legítimos, al efecto puede celebrar toda clase de transacciones ya sea comprando, ya sea vendiendo o de cualquier manera hipotecar o enajenar los bienes que posea o adquiera sin que de ninguna de sus negociaciones me quede derecho alguno, ni reclamar contra ellos, por cuanto en esta fecha reservo el miso derecho para la reclamación de los míos, sin que ella pueda tomar injerencia en ellos y renunciando al derecho de bienes conyugales, cuya renuncia hacemos en beneficio de nuestras familias.


En cumplimiento de lo expuesto, nos obligamos y en proporción de 5 reales por cada día, renunciando a los derechos, acciones y excepciones que las leyes nos concedan para reclamar sobre la validez de este negociado y firmamos dos documentos de un mismo tenor, uno para cada uno de los interesados .
El documento tenía fecha del 15 de septiembre de 1871 y por ANA JOAQUINA HERRERA que no sabía firmar  lo hacía a ruego JOAQUÍN  GÓMEZ .

 
casa ubicada en el camino entre Potreros y Santana con la tipologia de las primeras épocas de la colonización.Se podrán conservar como testimonio del pasado?

“MADRE CORAJE” Empezaba en el proceso a definirse los perfiles de una mujer independiente y con el alama de comunera de aquellas damas precursoras de nuestra independencia, levantándose sobe los prejuicios de la época y empleando los precarios derechos que la ley le brindaba a su género para recobrar su dignidad y libertad y autonomía  económica obrando con la lógica y la sapiencia de un letrado.
GUMERSINDO BUITRAGO, se rindió ante la contundencia de las pruebas, reconoció ante el alcalde la autenticidad de la firma que concedía la separación de bienes y le otorgaba a su esposa plenos derechos para recorrer a su albedrío el territorio nacional, ejerciendo una cualidad innata acorde con si espíritu inquieto como era la de comerciante.
Sin embargo, intentó dejar sin efecto el documento argumentando carencia de solemnidad pues no se había tramitado ante un juzgado.

“UNA LARGA ESPERA” Mientras los términos del proceso se cumplían, se esperaban los testimonios pedidos a San Francisco y LA HERERA seguía en “depósito”, en la aldea de Santa Rosa había más actividad que de costumbre , pues aunque se había fundado en 1844, 26 años después, en 1870, se había ordenado su replanteamiento arquitectónico, señalando el lugar para su plaza principal y los sitios para construir de nuevo el templo al sur de la población y al norte la Casa Consistorial o alcaldía. Por eso, en la época en que transcurren los hechos el sacerdote José Ramón Durán de C., solicitaba al Concejo autorización para sacar madera sin el permiso de los propietarios de los predios para continuar con la construcción de “LA CASA DE DIOS”; además se imponía una contribución en dinero a los habitantes para erigir la alcaldía y otro aporte en servicio a los habitantes para hacer un ramal despprendido del camino que iba a Manizales para comunicar a Santa Rosa con San Francisco.


CAE LA CARETA DE MÁRTIR DEL QUERELLANTE. Los testimonios solicitados por el alcalde de Santa Rosa a San Francisco, dejan a BUITRAGO sin la aureola de esposo cumplidor del deber y respetuoso de su consorte, pues los declarantes coinciden en afirmar que EUSEBIA JOAQUINA HERRERA era una mujer trabajadora, madre afectuosa y con el producto de su trabajo sostenía a su familia y BUITRAGO, como ocioso y voraz zángano capitalizaba abusivamente el fruto de su trabajo , vendiendo inclusive la casa que su esposa había comprado con su esfuerzo para sus hijos, abandonándola, cuando estuvo enferma y teniendo que ir asilada de caridad a otra casa para recuperar su salud. Coincidían los testigos, entre ellos el sacerdote de San Francisco, que la crueldad de BUITRAGO llegó hasta el punto de golpear con sevicia a su esposa estando ella embarazada y poniendo en peligro la vida de ésta y la de su bebé.

En sus alegatos de conclusión esta mujer digna de quedar en la historia de la ciudad y de Colombia por su capacidad de afrontar la adversidad con tesón y valentía, deja para la posteridad una pieza sencilla, pero expresiva espejo de su espíritu digno y libre “He comprado una casa para librar a mis hijos de la intemperie, mi esposo ha tenido la bondad de dejarnos en la calle sin la menor consideración, me ha dado mala vida y trato cruel. Con las declaraciones se prueba la falsedad de mi abandono del hogar. El mismo me otorgó un documento para poder administrar mis propios bienes, en el documento éste autoriza andar libremente y si tengo autorización, como se atreve a hablar de fuga?
Aunque tan mal esposa como dice Buitrago, nunca había tocado tan de lleno un punto tan delicado como el honor, el me lo hizo y a mi pesar he tenido que justificar que es mal esposo, mal padre, me ha dado trato cruel y aunque ha atentado contra mi vida, no hago más acciones por no decir cosas que lo harán ruborizar, si es que aún conserva un ápice de vergüenza, dejo a la consideración de usted, señor alcalde para vivir con un hombre tan tirano.” 

 
Las àrduas jornadas de antaño
LA SENTENCIA.El 1° de marzo, el alcalde después de extensas consideraciones evaluando las pruebas, falla decidiendo que “Gumersindo Buitrago no había demostrado, ni probado los hechos de la demanda, lo que equivalía a la absolución de ANA JOAQUINA HERRERA, pero el drama no terminaba para la implicada con esta providencia, pues en la resolución absolutoria envía el expediente al juez del circuito en Cartago para consulta y mientras tanto, el suplicio continuaba para quien se había convertido en adalid de los derechos de la mujer, pues el alcalde no levantó el depósito continuando bajo la tutela y autoridad del particular a quien se le había asignado desde el comienzo del juicio.


EL SANTANDERISMO EN TODO SU ESPLENDOR.Una de las herencias más funestas que recibió el país de España fue la funesta influencia de rábulas, leguleyos, tinterillos y chupatintas cuyo lema fue y es “ dígame las cosas claritas que yo me encargo de enredarlas y demorarlas”; en el siglo XIX, “se hacía una guerra por un gerundio”, se decía ratificando lo expresado y ese apego rígido y fanático a la interpretación literal de la ley, sin interpretaciones extensivas y debidamente contextualizadas acordes con circunstancias de modo , tiempo y lugar, se llamó EL SANTANDERISMO. Pues bien, como o hay nada tan ma,lo que n o pueda empeorar, EUSEBIA JAQUINA HERRERA, sufrió los dilatorios efectos del Santanderismo y el 13 de mayo de 1872, el Juzgado del Circuito de Cartago devuelve el proceso sin definir de fondo la providencia argumentando “incompetencia”, pues sólo podía asumir el asunto si el juicio se hubiera promovido por demanda judicial , en “papel sellado” y con todos los requerimientos determinados por la ley adjetiva y procedimental.

No logramos conocer el final de esta historia, pues en los archivos el proceso llegó hasta ésta instancia, pero nos queda la satisfacción de haber rescatado la gesta de esta valerosa mujer, cuya historia “se había escrito en el agua” y estaba condenada al olvido; por fortuna buceando en los mares del pasado , logramos rescatarla.

Jaime Fernández botero. Abogado, historiador, Miembro de Número de la Academia Pereirana de Historia.