Charles Garnier, vendía las repollas y las bananas con forma y color de cucaracha- |
Inmigrantes en Santa Rosa de Cabal.
CHARLES GARNIER ELUIT Y LUIS LEPINEUX, DOS
EUROPEOS QUE ENDULZARON EL PALADAR DE
LOS SANTARROSANOS EN 1.935.
Por Jaime Fernández B.
Llegaron de Francia
con muchas ilusiones y pocos bienes, buscando la anhelada paz que no
encontraron en su suelo natal; sin embargo, traían entre sus precarios
bártulos, la fórmula para fabricar los confites del Viejo Continente con la
cual esperaban abrir las puertas de la fortuna.
Pila que adornaba el parque de Colón en 1926. |
Llegaron cuando
promediaba la década del 20; en ese entonces en donde está hoy la
plaza de Bolívar, se erigía el parque de Colón y una hermosa pila, hoy orgullo
de Manizales, engalanaba el recinto
donde también se realizaba el mercado público. Charles Garnier Eluit, había
nacido en Reims, departamento del Marne el 4 de febrero de 1884, y llegó a la
ciudad en 1.926; era delgado, frágil y pequeño de estatura. Muchos de los
extranjeros que pasaron por nuestra localidad cambiaron de domicilio y buscaron
otros horizontes; no fue el caso del inmigrante galo, pues decidido a echar
raíces en la ciudad, muy pronto se casó con Mercedes Ríos. Se hizo famoso entre
los niños, por que matizaba sus ventas tocando el acordeón y por la diversidad
de golosinas que expendía en uno de los toldillos o ventorrillos que se levantaban
en la plaza el domingo, entre los cuales se destacaban las exquisitas repollas,
cuya fórmula se llevó a la tumba, constituían un exquisito manjar de forma redonda con una
generosa porción de crema o mermelada amarilla en su interior y recubierta exteriormente
con una especie de hojuela de harina; saben a “rechupete” decía el santarrosano
al probarlas, relamiéndose con fruición, mientras el amable confitero
promocionaba su producto exclamando en un chapucero español: “ con una prueba,
con dos se ceba y con tres a su casa lleva”. Complementaba su dulce buffet con
las cucarachitas, bananas cuya forma y color del desagradable bicho en nada
desmotivaba a los pelafustanes de entonces para consumirlas con voracidad y además,
preparaba un tipo de barquillo con ariquipe en su interior.
Luis Lepineux |
Luis Lepineux había
nacido en mayo de 1876, en Montlucon, también era de baja estatura aunque de
cuerpo grueso; fue catalogado por las autoridades de la época como un ciudadano
correcto y trabajador y si para su coterráneo Garnier la joya de la corona eran
las “repollas”, él se ufanaba al ofrecer “las paciencias” delicadas galletas
para paladares exquisitos a dos centavos la unidad. En su maleta de viajero que
desplegaba en la calle, llevaba también las chupetas, un dulce de forma cónica
de vivos colores engastado en un palillo que le daba al sabroso bombón la forma
de una vistosa asta de bandera. Todo indica que Lepineux, aunque se insertó en
nuestro medio, no soportó la soledad ni las barreras culturales que
inconscientemente laceran el alma del foráneo y una tarde, por los lados del
puente en la Argelia en inmediaciones de la carrilera, se descerrajó un tiro en
la sien. La sangre, como un imagen propia del realismo mágico, manchó su único
patrimonio: la maleta; el fluido carmesí entró por las múltiples oquedades del
raído cuero y se mezcló con sus policromados dulces en una postrer caricia a su amable creación, con la cual soñó conquistar a América.
Dr Jaime,Creo que esa fuente o pila que nos enseña, fué cambiada con Manizales por un radio.
ResponderEliminarBueno Nicolás, lo cierto fue que la pila se arrumó en los sótanos de la alcaldía
Eliminaruna vez se construyó la plaza actual. Manizales la solicitó y los dirigentes de entonces accedieron. La salida de la pila, coincidió con la llegada de un radio que la gobernación de Caldas había donado a Santa Rosa y a todos los municipios.