jueves, 5 de noviembre de 2015

Globalización y Medio Ambiente.

Globalización y Medio ambiente.





La magia del bosque nativo. Alto del Chuzo. Cuna del pensamiento mágico de Santa Rosa rico en biodiversidad, recursos hídricos y pensamiento mágico, que debe ser preservado.


El modelo económico actual del país, inspirado en los procesos de globalización  y las ideas neoliberales, amenazan seriamente la herencia ambiental y el patrimonio cultural por los excesivos privilegios otorgados a las empresas multinacionales y a los inversionistas en general. La necesidad de recursos y la ostensible presión de las potencias industrializadas ha generado un marco legal laxo y permisivo que les permite obrar como un ejército de ocupación sin respetar planes de ordenamiento territorial, ni autoridades ambientales o civiles. Todo se ordena desde Bogotá : las licencias, las servidumbres energéticas, mineras o petroleras y si un santuario natural vulnerable como el de Barbas Bremmen se interpone en la marcha avasallante y arrolladora de las referidas servidumbres, está expuesto a desaparecer en nombre del progreso; pero no sólo nuestra biodiversidad está en peligro pues en la ejecución de los mencionados proyectos, muchos de nuestros campesinos se ven obligados a aceptar precarias indemnizaciones cuando sus predios se ven fragmentados o afectados, estarían abocados a enfrentarse por las vías legales a poderosos pulpos empresariales.

 Parece que a través de simples decretos nuestra Constitución se desnaturalizó consagrando ladinamente la centralización administrativa, permitiendo que desde la capital, personas sin sentido  de pertenencia y sensibilidad tomen decisiones sobre la herencia ancestral de nuestro territorio.

Pero, cualquier parecido con lo que secularmente ha pasado en el país, no es coincidencia pues desde el siglo XIX nuestros recursos han sido botín pirata de las potencias gracias a la complacencia de quienes nos han gobernado, veamos el porqué:

A partir de 1850 grandes cambios políticos y económicos empezaron a transformar la faz de La Nueva Granada como la libración de los esclavos y la eliminación del estanco del tabaco, otorgando al agricultor libertad para sembrar la referida solanácea en lugar de las restrictivas condiciones impuestas por el Estado. Dentro de las reformas citadas se impuso el librecambio, eliminando los aranceles o impuestos a las mercancías extranjeras, favoreciendo a Inglaterra y a los comerciantes y afectando los intereses de los artesanos, quienes al ver sus intereses afectados, pedían protección a sus productos gravando las manufacturas extranjeras especialmente las de Inglaterra, país que tenía una oferta ilimitada gracias a la revolución industrial.

Las presiones de la potencia extranjera y los intereses de los comerciantes refrendaron el librecambio preconizado por el liberalismo económico; los artesanos al verse desamparados por el Estado aprovecharon una coyuntura histórica para hacer valer sus derechos, apoyaron el golpe militar de José María Melo contra el Presidente Obando pero fueron vencidos en en la guerra civil de 1854 por un ejército acaudillado por Pedro Alcántara Herrán, José Hilario López y Tomás Cipriano de Mosquera, los dómines de la política en el país desde la época de la Independencia. Los artesanos sobrevivientes del conflicto fueron desterrados a Panamá, donde perecieron en su mayor parte, quedando borrada de la faz nacional una clase social que desde la Colonia había dinamizado la economía Granadina con sus telas, cerámicas, sombreros  artículos de talabartería y cabuya, entre otros. 

El país sufría así las consecuencias de las imposiciones de un imperio foráneo, marcando nuestro destino y conminados a enviar materias primas baratas al exterior y obligados a adquirirlas una vez sometidas a la transformación tecnológica, a precios onerosos.

Como ven poco ha cambiado desde entonces y el modelo se ha perfeccionado, ya no hay necesidad de enviar los recursos naturales: ya vienen por ellos y  con sus retroexcavadoras abren carreteras, arrasan bosque nativo, suplen plantas nativas  con eucaliptos y palma africana afectando la fauna como los monos aulladores y reservas hídricas, contaminan con cianuro arroyos y quebradas en la explotación minera y fragmentan , contaminan y devastan el hábitat de las especies nativas con el nocivo fracking en la explotación petrolera.
                                      
Foto. Períodico Qhubo.

Su blindaje legal y político es tal,  que cuando la sociedad civil cuestiona los lesivos procedimientos, vienen desde la capital arrogantes funcionarios sin sensibilidad por nuestra riqueza natural y con el imperio propio de un vasallaje político, desconocen e increpan con desdén los justos reclamos de los sectores de la sociedad comprometidos con nuestra herencia verde, como ocurrió con las torres de alta energía susceptibles de afectar con su contaminación electromagnética a los monos aulladores de Barbas Bremmen, efectos de los cuales surgen inquietantes indicios que deben ser aclarados, como las circunstancias que indujeron a uno de estos maravillosos representantes de nuestra fauna ancestral a abandonar su hábitat y encontrar la muerte atropellado por un auto. A pesar de la  valiente voz de protesta de los ambientalistas y naturalistas del departamento, no hubo un consenso en la región, para lograr que el clamor tocara el corazón de las altas esferas gubernamentales y modificar así el trazado. Al fin y al cabo para algunos, la defensa de la fauna y la flora, son cosas de poetas y soñadores sin firme arraigo a la realidad y ajenos a la marcha invencible del progreso.

Pero, una cosa sí es cierta e imposible de desconocer con argucias: el calentamiento global y el fenómeno del niño, son hechos reales y amenazan al mundo y a nuestra región con dramáticas consecuencias económicas y sociales ; si se tiene voluntad política por parte de las esferas gubernamentales para mitigar su creciente impacto en nuestro país deben asumir que el “progreso” se logra en consonancia con el respeto por la naturaleza, que “civilización” y “Pacha mamá” no son excluyentes, por que como lo dijo el poeta : “cuando se haya talado el último árbol, secado la última quebrada y extinguido nuestras especies nativas, el hombre se dará cuenta que el dinero no sirve para vivir”. Cuando la lóbrega imagen se materialice en el país, los capitales golondrinas, se habrán marchado ya a desolar otros paraísos del planeta y las nuevas generaciones tendrán un erial yermo y gris por patria.

La defensa de la naturaleza, no es pues, cosa de poetas, es misión de pragmáticos.   
              


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