Globalización
y Medio ambiente.
La magia del bosque nativo.
Alto del Chuzo. Cuna del pensamiento mágico de Santa Rosa rico en biodiversidad, recursos hídricos y pensamiento mágico, que debe ser preservado.
El modelo económico actual
del país, inspirado en los procesos de globalización y las ideas neoliberales, amenazan seriamente
la herencia ambiental y el patrimonio cultural por los excesivos privilegios
otorgados a las empresas multinacionales y a los inversionistas en general. La
necesidad de recursos y la ostensible presión de las potencias industrializadas
ha generado un marco legal laxo y permisivo que les permite obrar como un
ejército de ocupación sin respetar planes de ordenamiento territorial, ni
autoridades ambientales o civiles. Todo se ordena desde Bogotá : las licencias,
las servidumbres energéticas, mineras o petroleras y si un santuario natural vulnerable
como el de Barbas Bremmen se interpone en la marcha avasallante y arrolladora
de las referidas servidumbres, está expuesto a desaparecer en nombre del
progreso; pero no sólo nuestra biodiversidad está en peligro pues en la
ejecución de los mencionados proyectos, muchos de nuestros campesinos se ven
obligados a aceptar precarias indemnizaciones cuando sus predios se ven
fragmentados o afectados, estarían abocados a enfrentarse por las vías legales
a poderosos pulpos empresariales.
Parece que a través de simples decretos
nuestra Constitución se desnaturalizó consagrando ladinamente la centralización
administrativa, permitiendo que desde la capital, personas sin sentido de pertenencia y sensibilidad tomen decisiones
sobre la herencia ancestral de nuestro territorio.
Pero, cualquier parecido con
lo que secularmente ha pasado en el país, no es coincidencia pues desde el
siglo XIX nuestros recursos han sido botín pirata de las potencias gracias a la
complacencia de quienes nos han gobernado, veamos el porqué:
A partir de 1850 grandes
cambios políticos y económicos empezaron a transformar la faz de La Nueva
Granada como la libración de los esclavos y la eliminación del estanco del
tabaco, otorgando al agricultor libertad para sembrar la referida solanácea en
lugar de las restrictivas condiciones impuestas por el Estado. Dentro de las
reformas citadas se impuso el librecambio, eliminando los aranceles o impuestos
a las mercancías extranjeras, favoreciendo a Inglaterra y a los comerciantes y
afectando los intereses de los artesanos, quienes al ver sus intereses
afectados, pedían protección a sus productos gravando las manufacturas
extranjeras especialmente las de Inglaterra, país que tenía una oferta
ilimitada gracias a la revolución industrial.
Las presiones de la potencia
extranjera y los intereses de los comerciantes refrendaron el librecambio
preconizado por el liberalismo económico; los artesanos al verse desamparados
por el Estado aprovecharon una coyuntura histórica para hacer valer sus
derechos, apoyaron el golpe militar de José María Melo contra el Presidente
Obando pero fueron vencidos en en la guerra civil de 1854 por un ejército
acaudillado por Pedro Alcántara Herrán, José Hilario López y Tomás Cipriano de
Mosquera, los dómines de la política en el país desde la época de la
Independencia. Los artesanos sobrevivientes del conflicto fueron desterrados a
Panamá, donde perecieron en su mayor parte, quedando borrada de la faz nacional
una clase social que desde la Colonia había dinamizado la economía Granadina con
sus telas, cerámicas, sombreros artículos
de talabartería y cabuya, entre otros.
El país sufría así las consecuencias de
las imposiciones de un imperio foráneo, marcando nuestro destino y conminados a
enviar materias primas baratas al exterior y obligados a adquirirlas una vez
sometidas a la transformación tecnológica, a precios onerosos.
Como ven poco ha cambiado
desde entonces y el modelo se ha perfeccionado, ya no hay necesidad de enviar
los recursos naturales: ya vienen por ellos y con sus retroexcavadoras abren carreteras,
arrasan bosque nativo, suplen plantas nativas
con eucaliptos y palma africana afectando la fauna como los monos
aulladores y reservas hídricas, contaminan con cianuro arroyos y quebradas en
la explotación minera y fragmentan , contaminan y devastan el hábitat de las
especies nativas con el nocivo fracking en la explotación petrolera.
Foto. Períodico Qhubo.
Su blindaje legal y político
es tal, que cuando la sociedad civil
cuestiona los lesivos procedimientos, vienen desde la capital arrogantes
funcionarios sin sensibilidad por nuestra riqueza natural y con el imperio
propio de un vasallaje político, desconocen e increpan con desdén los justos
reclamos de los sectores de la sociedad comprometidos con nuestra herencia
verde, como ocurrió con las torres de alta energía susceptibles de afectar con
su contaminación electromagnética a los monos aulladores de Barbas Bremmen,
efectos de los cuales surgen inquietantes indicios que deben ser aclarados,
como las circunstancias que indujeron a uno de estos maravillosos
representantes de nuestra fauna ancestral a abandonar su hábitat y encontrar la
muerte atropellado por un auto. A pesar de la
valiente voz de protesta de los ambientalistas y naturalistas del
departamento, no hubo un consenso en la región, para lograr que el clamor
tocara el corazón de las altas esferas gubernamentales y modificar así el
trazado. Al fin y al cabo para algunos, la defensa de la fauna y la flora, son
cosas de poetas y soñadores sin firme arraigo a la realidad y ajenos a la marcha
invencible del progreso.
Pero, una cosa sí es cierta
e imposible de desconocer con argucias: el calentamiento global y el fenómeno
del niño, son hechos reales y amenazan al mundo y a nuestra región con
dramáticas consecuencias económicas y sociales ; si se tiene voluntad política
por parte de las esferas gubernamentales para mitigar su creciente impacto en
nuestro país deben asumir que el “progreso” se logra en consonancia con el
respeto por la naturaleza, que “civilización” y “Pacha mamá” no son excluyentes,
por que como lo dijo el poeta : “cuando se haya talado el último árbol, secado la
última quebrada y extinguido nuestras especies nativas, el hombre se dará
cuenta que el dinero no sirve para vivir”. Cuando la lóbrega imagen se
materialice en el país, los capitales golondrinas, se habrán marchado ya a
desolar otros paraísos del planeta y las nuevas generaciones tendrán un erial
yermo y gris por patria.
La defensa de la naturaleza,
no es pues, cosa de poetas, es misión de pragmáticos.
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