martes, 30 de mayo de 2017

Arte popular en el siglo XX.

Nada más visitado en un  zoológico que el recinto de los monos. Sus graciosos gestos, piruetas y relaciones afectivas suscitan risas, comentarios irónicos y admiración. Sin embargo, lo que los risueños visitantes no alcanzan a vislumbrar es que están ante un espejo: los primates reflejan el mundo del "pitecántropus erectus", el  homo sapiens, el autoproclamado rey de la creación, el hombre. 

 Sin embargo, conociendo la irracional actitud del homo sapiens que menosprecia a las demás especies y les niega un espacio bajo el sol, destruyendo la magia de la naturaleza por mezquinos intereses utilitaristas y asumiendo una testaruda negación de las teorías de Darwin, creo que el gran naturalista e investigador tuvo un pequeño error de interpretación científica: no es que el hombre descienda del mono, es que el hombre es una burda caricatura del mono. 

Y para confirmar lo aseverado, los dejo con unas imágenes del siglo pasado, donde el pincel de los artistas populares pintaban con gracia y realismo la esencia de la época.



Cualquier parecido con la realidad no es coincidencia.









Aunque el amor es un estado de idiotez transitorio, con enamorados así el encanto es fugaz.








No hay comentarios:

Publicar un comentario