El 20 de marzo, se cumplió
un aniversario más de la muerte del legendario guardameta Soviético Lev Yashin,
acaecida en 1990. Pocas figuras del deporte enardecieron a los aficionados de
antaño, como La Araña Negra, denominado así por su oscura indumentaria y una
sorprendente agilidad que daba la impresión de tener ocho tentáculos para atrapar
el balón. Era unánime la opinión de entonces de catalogar su arco como
impenetrable. Pero el aura de misterio que rodeaba su figura tenía también
otras causas, aparte de sus felinas hazañas. El mundo vivía la llamada “Guerra
Fría” y Estados Unidos y Rusia no ahorraban esfuerzos por imponer el primero el
capitalismo y el segundo el comunismo, empleando para ello el espionaje, la
desinformación plagada de mentiras e infundios, el sabotaje y el fomento de
guerras civiles para deponer gobernantes y expandir sus áreas de control e
influencia. En América, sólo Cuba era comunista y gravitaba en torno a la
órbita soviética, las demás naciones del continente, entre ellas Colombia,
veían al país del Tío Sam como el providencial aliado que “protegía la
democracia, brindaba desinteresada ayuda económica y sofocaba los focos de
rebeldía inclinados a implantar “La Dictadura del Proletariado”. A través del
programa Alianza para el Progreso, los niños de las escuelas recibían alimentos,
quesos y otros refrigerios refrendando
así la simpatía de La población hacia
los mandatarios estadounidenses; uno en especial Jhon Fitzgerald Kennedy y su
esposa Jacqueline fueron objeto de
especial admiración. Por eso, en medio de esta confrontación ideológica febril
y apasionada, en nuestro medio para la
propaganda oficial, Rusia, encarnaba a satán, destilaba un aroma de azufre y el reino del
mal; por ende, las paredes se empapelaban
con consignas de “Cuba no, Colombia sí”; la paranoia de la época, reprobaba la
conducta de quienes dejaban crecer su barba, convirtiéndolos en objeto de reproche público al catalogarlos
como seguidores confesos de los ideales socialistas por emular la fisonomía del
líder cubano Fidel Castro y políticamente el llamado Frente Nacional, excluyó a
quienes no comulgaban con los idearios de los partidos liberal o conservador, de
toda opción de ocupar cargos públicos.
La legendaria Araña Negra. |
Y en medio de este Armagedón
ideológico y social, alimentado con falacias y temor llegó el mundial de
fútbol de Chile en 1962; por primera vez Colombia clasificaba al trascendental
evento. La expectativa llegó a su clímax pues el calendario del certamen
enfrentaba a nuestra selección con Rusia, en cuyas filas militaba el mejor portero del mundo. Aunque Colombia
perdió con Uruguay el primer partido, el entusiasmo no decayó y el segundo
encuentro contra los soviéticos paralizó al país y lo congregó en torno a los
radiorreceptores, pero ya en el minuto 56, se tenía la convicción que “Dios no
era Colombiano”: perdíamos 4 a 1, el desaliento cundió y cuando empezaba la
desbandada de los desmoralizados radioescuchas, la tricolor en un arrebato de
inspiración empató el cotejo, dejando al legendario Yashin deshonrado y con el
agravante de haber recibido el único gol olímpico en la historia de los
mundiales. La gesta deportiva llenó de orgullo el alma nacional y aunque Yugoeslavia
en el partido siguiente mató las ilusiones vapuleándonos con un contundente 5 –
0, durante mucho tiempo la hazaña permaneció en nuestra memoria colectiva; no
era para menos: se había sorprendido a la selección campeona de Europa,
envuelta siempre en un halo de enigmas y secretos ocultados tras la cortina de
hierro y además conjurado el hechizo de quien luego sería catalogado el mejor
portero del Siglo XX, y único guardameta que ha recibido el Balón de Oro.
El cancerbero en plena acción. |
El 21 de marzo también se
conmemoró el día de nuestros bosques, amenazados y casi sin dolientes a nivel
institucional. Tal vez y como dolorosa paradoja, su mágica dinámica sólo es
exaltada poéticamente en anuncios pagados en medios de comunicación por
empresas que explotan los recursos no renovables reivindicando con sofismas su conservación,
pero tan distantes de la realidad como la que vivimos durante La Guerra Fría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario