sábado, 10 de mayo de 2014

La peste del olvido.


La peste del olvido.

La realidad es más increíble que la ficción. El maestro  
García Márquez relata en uno de los capítulos de Cien años de Soledad, la forma como la peste del olvido borró  la memoria de los habitantes del mítico poblado de Macondo obligándolos a identificar con textos escritos a mano y adheridos a los utensilios sus usos y funciones : “esto es un pocillo, el pocillo sirve para tomar café” y así desde los hechos más cotidianos hasta las actividades sociales más complejas debían ser reseñadas en un vademécum o catálogo de obligatoria consulta si no se quería llegar a configurar una comunidad  inerte y anestesiada. Nosotros hace mucho tiempo estamos sin memoria colectiva y lo peor de todo es que para disimular la nociva patología social hemos creado un mundo de ficción a través de los medios que presenta una realidad virtual no muy lejana a la felicidad y la plenitud mientras deambulamos como zombies ajenos a la suerte de la herencia cultural, histórica y ambiental de nuestro territorio.



Mariposa monarca, maravilla de la creación  y la planta de algodoncillo donde  el ballet aéreo que encandila  la vista como un caleidoscopio de vivos colores al presentir su muerte deja sus huevos. Las orugas se nutrirán de la referida planta, luego se  envolverán  en una gruesa bolsa protectora y después de un tiempo como si fuera resultado de un soplo divino emerge la sutil joya alada. ( Foto: Internet)



Para muestra un botón:

Todos los días  los bosques nativos hoy en peligro de desaparecer por la acción de la deforestación, dan un concierto mágico que sólo lo escuchan unos pocos iniciados y la dinámica de la espesura ofrece milagros que agitan el alma: La mariposa monarca emprende cada año una espectacular travesía de 5.000 kilómetros desde Méjico a  Canadá que dura 5 meses y tres generaciones guiada  por un mapa impreso en sus genes y sintonizada con las señales del universo que el hombre nunca ha podido entender. El conmovedor relevo migratorio se cumple por etapas; cuando el ballet aéreo que encandila la vista como un caleidoscopio de colores negro, amarillo y blanco, presiente la muerte, deja los huevos en las plantas de algodoncillo y mientras sus padres en sutiles estertores de agonía mueren, emergen las orugas que inicialmente se alimentan con la cáscara del huevo y posteriormente se nutren con las plantas de algodoncillo, se envuelven después de un tiempo en una dura bolsa protectora, culminando el portentoso prodigio natural con el nacimiento de la joya alada que emprende su vuelo siguiendo los dictados de su memoria genética.  Repetirá el proceso por tres generaciones más hasta llegar a su destino. Una cuarta supergeneración, los tataranietos, emprenderán el regreso y llegarán posiblemente a los mismos árboles que inicialmente albergaron los migradores iniciales.



La mariposa monarca recorre más de 5000 kilómetros y tarda tres generaciones para llegar a su destino. ( Foto: Internet.)



Después de varias generaciones las tataranietos de las mariposas que inicialmente migraron , regresarán al punto de partida de sus ascendientes posiblemente reposarán en los mismos árboles que los albergaron. ( Foto: Internet)




La dinámica de nuestros bosques ofrece también sublimes imágenes: el yarumo, un referente en nuestra ya precaria espesura por su dosel blanco, alberga colonias de hormigas, estos insectos  medran en su entorno sin infringirle daño; la alianza estratégica es recompensada por los insectos ahuyentando a los depredadores que podrían devorar sus hojas y poner en peligro la vida del árbol. Cuando muere la reina de la colonia,  mueren las hormigas y también el yarumo porque quedó a merced de especies nocivas para su integridad.


El milagro de la naturaleza: sobre un  tronco seco y sin vida de un árbol talado nace un quiche o bromelia cuya semilla fue transportada por el viento, una abeja o un pájaro. Es la forma como el bosque, cuando el hombre lo permite y aún sin su permiso, se reinventa .Los quiches y bromelias se empinan para recibir la luz del sol  transformándola en alimento, hecho que el hombre nunca ha logrado, Los quiches acumulan  reservas de agua donde medran ranas, insectos  y pequeñas especies, constituyendo un  valioso microsistema ecológico.   


El bosque nativo es una feraz matriz que genera vida, interacciones majestuosas, regula y propicia el agua, convierte la luz en alimento, algo imposible para el arrogante hombre; absorbe los gases tóxicos y contaminados y los exhala convertidos en oxígeno. Sin embargo, van a desaparecer porque están en la mira “de los creadores de riqueza y progreso” estimulados por los leoninos privilegios que el Estado le brinda al inversionista y la indiferencia de los mandatarios locales.  Cuando en cumplimiento de  las políticas propias de la globalización, las multinacionales reemplacen a las naciones y  se destruya la planta de algodoncillo que propicia la vida de la mariposa monarca para hacer una carretera, explotar la minería,  desviar un río para construir una represa, talar su entorno para sembrar especies maderables y crear bosques comerciales sin flores que conviertan a las aves en sembradores alados y  cercenando el poder de reinvención del bosque estará condenando a muerte a esta maravilla de la creación y el hombre será más vulnerable sin el poder vigorizante y reparador de la biodiversidad. Como para una misma razón de hecho hay una misma razón de derecho, lo mismo ocurrirá con nuestros bosques sellando la suerte del yarumo y las demás alucinantes especies vorazmente asediadas, hoy gradualmente   reemplazadas por eucaliptos donde solo medra el koala. Tal vez en un futuro este marsupial será el símbolo nacional.


Sublime imagen de nuestro paisaje cafetero, pletórico de belleza y de significado: la foto la tomé desde el camino de la Viga y al bajar a las orillas del río  Campoalegrito y hablar con sus moradores me contaron que la empinada y floreciente parcela que aparece en primer plano es cultivada por un campesino de más de 90 años, quien además, trabajando los domingos y días de descanso, construyó la casa de estilo antioqueño que aparece abajo, en el extremo izquierdo de la foto. Todas las mañanas el esforzado agricultor recibe el aura energizante y vigorizante del imponente y frondoso  higuerón que se destaca en la bucólica escena, sembrado por su padre hace casi cien años. Borrará la globalización estas manifestaciones ambientales y culturales, como desaparecieron leyendas, saberes, técnicas agrícolas ancestrales con base en las fases de la luna cuando se exterminó el sombrío del café afectando un valioso recurso hídrico y un santuario de aves, fauna y flora?         

 La peste del olvido que hoy nos obnubila hace creer que el Armagedón ambiental y cultural ocurre lejos de nuestro suelo, pero los caminantes y amantes de la naturaleza nos cuentan de las kilométricas carreteras que penetran al corazón de nuestros santuarios naturales acorralando al mono aullador, asolando el bosque nativo, borrando la sagrada biodiversidad y transformando un edén en desiertos silenciosos, sin vida, sólo rodeados de una atmósfera fantasmal. 



Paisaje Cultural Cafetero por el sector de Colmenas, bajando del cerro El Volador .

Los habitantes de Macondo para evitar los efectos de la epidemia por lo menos reaccionaron con un sentido práctico; nosotros hacemos mutis por el foro engatusando a la realidad y al sentido común con sofismas y publicitadas campañas de siembra de árboles, presuntos bosques modelos, reivindicaciones del Paisaje Cultural Cafetero mientras se arrasan plantas nativas y expresiones arquitectónicas raizales y lo que es peor, los procedimientos del arrasador utilitarismo y el mensaje impostor de quienes desfiguran la realidad son legitimadas por “serios estudios” de prestigiosas organizaciones, pues pasamos del clientelismo político al clientelismo académico.


Los relictos boscosos que constituyen atributos del Paisaje Cultural Cafetero. Al fondo el Cerro del Volador. Sendero de La Viga que comunica con Guacas.

Corredores biológicos en la ruta de La Viga a Guacas.

Hoy el IDEAM, acaba de confirmar que Santa Rosa es una de las ciudades de Colombia con más altos índices de deforestación, emitiendo una alerta ya no tan temprana para evitar la extinción de la biodiversidad. Por ello, y para poder mirar a los ojos a las nuevas generaciones es necesario reconocer así nos guste o no, que la globalización nos alcanzó en época de crisis y vacas flacas,con todo su poder privilegios y concesiones, pero los municipios y departamentos no pueden permanecer ajenos a los altos costos sociales , ambientales y culturales y deben por lo tanto establecer proyectos que minimicen los impactos en nuestro entorno y para ello debe participar como ente regulador en los procesos de explotación de todo tipo para evitar el libre albedrío y los excesos, con la convicción "que la tierra no es de ellos, ni nuestra; es de las generaciones futuras y sólo se nos ha entregado en depósito para preservar su mágica dinámica".

Vereda de Guaimaral: al final del pequeño poblado aparece una de las casas más representativa de nuestra arquitectura que desafortunadamente está en peligro de desaparecer. Es necesario que las iniciativas para preservar el Paisaje Cultural Cafetero, lleguen al campo y cumplan con el verdadero objetivo de la declaratoria de la UNESCO.  


Adicionalmente se debe establecer:     


  1. Un censo de los relictos boscosos del municipio y establecer estímulos a sus propietarios para evitar su destrucción.
  2. Fomentar en los propietarios de fincas cinturones biológicos con árboles nativos que conecten los parches boscosos  y cercas vivas para brindarle a las aves albergue y a la fauna en general corredores naturales para su desplazamiento y escapar a la persecución sin sentido del hombre.
  3. Crear conciencia en la sociedad sobre el valor incalculable e irremplazable del bosque nativo para propiciar la preservación de las fuentes hídricas y la supervivencia de las majestuosas aves y fauna en general de nuestra región, teniendo en cuenta que en ciertas fracciones de la ciudad ya casi no existen pues su hábitat ha desaparecido.
  4. Rememorar el Día del Arbol, celebrando la referida efemérides entonando en una gran concentración el Himno al Árbol, inicialmente y procediendo después a sembrar masivamente especies nativas debidamente seleccionadas e identificadas por su variedad, ciclo de vida, propiedades y funciones.
  5. Estimular a los establecimientos de educación para que efectúen la relación, características de nuestras aves y fauna en general.
  6. Hacer un censo de las casas que en las zonas rurales poseen valor arquitectónico por que conservan la esencia de las técnicas constructivas de la colonización antioqueña, registrando desde las más sencillas hasta las más complejas , pues el bahareque adquirió en nuestro medio múltiples ropajes con el fin de promover planes de mejoramiento de vivienda rural, pero respetando la esencia de las construcciones ancestrales.
  7. Recuperar la historia de los caminos que cruzaron nuestras veredas, páginas perdidas de nuestra memoria que unen y cohesionan una sociedad con las gestas olvidadas de nuestros antepasados.
  8. Liderar en la zona urbana de la ciudad la siembra de jardines y árboles que además de engalanar las calles y los frentes de las casas atenúan y minimizan la rígida coraza del cemento y del ladrillo y estimulan procesos de interacción de las especies de la naturaleza: Einstein dijo que una vez desaparezcan las abejas, al hombre le quedarán 4 años de vida". No sabemos si es cierto o no; pero en Estados Unidos ya están alarmados por la drástica disminución del referido himenóptero. Y
  9. Todas las demás ideas que usted amigo santarrosano quiera agregar y sobre todo ejecutar para afrontar las nuevas realidades.
Alguien dirá que las ideas expuestas pertenecen a la dimensión de la poesía, al mundo etéreo de los románticos, los soñadores, de aquellos que no tienen firma arraigo en la realidad; yo digo por el contrario, que es de pragmáticos y de personas comprometidas con una herencia ambiental, cultural e histórica, declarada por La UNESCO, Patrimonio Cultural de la Humanidad,  
            
POST SCRIPTUM. Deambulan en Santa Rosa decenas de perros abandonados, cojos, ciegos hambrientos, asaeteados por el dolor, el desprecio y la insensibilidad de la sociedad; pero a pesar de ser santuarios del sufrimiento convivieron con las palomas del parque en edénica armonía y paz; nunca las convirtieron en presa para calmar el hambre. Sin embargo, las palomas fueron envenenadas por manos infames que nunca tuvieron la nobleza del noble perro abandonado.



                               


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