martes, 27 de diciembre de 2016

La fuerza de la historia y el Paisaje Cultural Cafetero



Un astronauta norteamericano describía así las impresiones vividas en su primer viaje espacial: “al principio todos nos dirigimos a la ventanilla de la nave, para ver orgullosos como se perfilaba nuestro nación en toda su grandeza; pero a medida que incursionábamos en el espacio exterior sólo veíamos los continentes, sin fronteras que delimitaran y dividieran a los países y desde nuestra privilegiada óptica notamos como los mares no separaban, unían; las grandes cadenas montañosas, si bien culminan al borde del litoral, emergían del mar continuando su imponente relieve en otro continente y  como en un alucinante rompecabezas se ajustaban los contornos de  los cinco continentes quedando presente en nuestras mentes el pasado común de la tierra, borrado hoy por las disensiones ideológicas, las divisiones políticas  y los prejuicios que dividen al mundo”.
La misma razón de hecho se aplica con nuestra  historia: al principio estudiamos con emoción la gesta de los fundadores del solar nativo, luego, al avanzar en la investigación afloran los fuertes lazos económicos, sociales, políticos y culturales que nos unieron en el pasado con otros municipios con los cuales hoy, carecemos vínculos acordes con el pasado común.

Primeras viviendas de colonos , lo más aproximado al rancho de vara en tierra. (imagen tomada de Internet)


 Santa Rosa fue el distrito que más tierras recibió de la provincia y de la nación en el siglo XIX; sus fundadores, convirtiendo el trabajo en una religión,  abrieron caminos y facilitaron nuevos asentamientos que más tarde tuvieron autonomía administrativa; su extenso territorio se fragmentó para dar vida a distritos como San Francisco, La Villa de María y más recientemente Dosquebradas. Gracias a su estratégica ubicación, Cabal estaba llamada a ser el eslabón que rompiera el aislamiento de las provincias de Antioquia y Cauca, divididas ideológicamente y separadas también por una naturaleza arisca e indomable.

 El decreto expedido por el Presidente Pedro Alcántara Herrán autorizando la fundación de Cabal, primer nombre de nuestra ciudad, obligaba como contraprestación que “ la población quede en un punto donde debe pasar el camino que une a los cantones de Salamina (Antioquia) y Cartago (Cauca)  y en cumplimiento de la referida exigencia a partir de 1856, Santa Rosa, unida con Villamaría y el cartagueño, Félix de la Abadía empezaron la construcción del Camino del Privilegio. Esta obra considerada por el dinámico empresario como “ indicada por el Eterno como el vehículo que había de conducir a nuestro suelo la riqueza de Antioquia” dinamizó la economía de la región gracias a las particularidades propias del proceso de colonización basado en la pequeña y mediana propiedad, las relaciones de confianza y solidaridad inherentes a la  construcción colectiva del patrimonio público como escuelas, casas consistoriales, cementerios, plazas y caminos, propiciaron el nacimiento del Paisaje Cultural Cafetero, cuando el café, nuestro maná vegetal, se insertó en los mercados internacionales.




El Camino del Privilegio unió a las provincias del Cauca y Antioquia e incidió decisivamente parael nacimiento del Paisaje Cultural Cafetero.



La selva separaba a las provincias de Antioquia y Cauca antes d ela construcción del camino.




La obra fue catalogada por Félix de la Abadía como indicada por el Eterno como el vehículo que habría de conducir a nuestro suelo la riqueza de Antioquia.



El carácter excepcional de esta cultura incidió para que la UNESCO  lo declarara Patrimonio de la Humanidad, circunstancia que indudablemente cambió el semblante de los pueblos al valorar y preservar la arquitectura raizal, el patrimonio natural e intangible  y adquirir conciencia de sus perspectivas sociales y económicas.


Sin embargo, queda mucho por hacer, la declaratoria no ha llegado al campo y el tema es griego o mandarín para los campesinos que ven como no hay relevo generacional y se llena la zona rural de chalets y moles de cemento en detrimento de la tipología ancestral. Además, cada población debe incluir  en sus planes de desarrollo y ordenamiento territorial acciones efectivas para proteger los atributos del paisaje y aprovechar las fortalezas de tener un pasado común con el fin de aunar esfuerzos, logística e inversión  para emprender acciones conjuntas y así cumplir con los objetivos de la declaración. Una asociación de los municipios de Manizales, Villamaría, Chinchiná, Santa Rosa, Dosquebradas, Pereira Cartago y otras ciudades afines podría iniciar entre otras obras, la recuperación del Camino del Privilegio, vía que entre el Alto del Yarumo y San Julián en Villamaría conserva su autenticidad y su belleza natural , antes que se borre su histórico trazado con una carretera y en los sitios donde ha sido reemplazado por una vía, como actualmente sucede entre Santa Rosa y el Alto del Oso en Dosquebradas, bordear su recorrido con corredores biológicos conectados con los últimos relictos boscosos existentes,  reivindicando además  el hermoso Santuario de Nuestra Señora de la Virgen de la Pureza donde las imprecaciones de los arrieros asaeteando a las nobles acémilas en el crítico y pantanoso paso se sublimizaron en el imponente lugar sagrado, testimonio de la fe. El proyecto que uniría tres departamentos e incluiría también la recuperación ambiental y la preservación de la esencia raizal de las construcciones,  tendría su punto de partida con la celebración conjunta del Día del Camino del Privilegio.


El Camino del privilegio, entre el Alto del Yarumo y San julián en Villamaría aún conserva su esencia y su biodiversidad.




Los antiguos canalones que vieron pasar a Tomás Cipriano de Mosquera y su ejército y los arrieros que enlazaron lejanías.


Saliendo del hermoso dosel verde , verdadero laberinto natural que aún conserva, aparte de su historia especies alucinantes como la mariposa con alas de vidrio, la mariposa que Dios dibujó pero no pintó.



Paisaje de Santa Bárbara visto desde el camino en ruta hacia el Alto del Yarumo


Una reliquia del pasado: la puerta de golpe que facilitaba el tránsito de viajeros y semovientes pero cumolía simultáneamente con la misión de mantener el cerco en las propiedades.

El doctor Guillermo Aníbal Gartner Tobón en el manantial del Santuario Nuestra Señora de la Pureza en el Alto del Oso en Dosquebradas, que constituía en el siglo XIX  la parte más crítica del camino y donde los arrieros soltaban sus imprecaciones para impedir que las nobles mulas quedaran atrapadas en el fango. Por aquellas cosas de la historia las imprecaciones se sublimizaron en un hermoso santuario que todos creyentes o no debemos conocer.



Los pueblos de la civilización cafetera, trabajando unidos con base en la fuerza de la historia preservarán su autenticidad y belleza escénica, elementos que aparte de reivindicar el sentido de pertenencia e identidad, incrementarán su potencial turístico.
P.D. Más información en el blog: Atalaya Santa Rosa de Cabal: el Camino del Privilegio. Y en youtube: Jaime Fernández Botero: El Camino del privilegio, El Camino del Privilegio, Alto del Oso, Dosquebradas.
        



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